Hoy sí que me gustaría, que este correo sin entregar pudiera llegar a su destinatario.
Según noticias, tampoco puedo saber si son muy fundadas, Severiano Ballesteros sigue sumido en una gran depresión después de perder a su amor en un accidente de carretera.
Sé lo que es eso y sé que lo que yo le pueda decir le servirá de poco. Pero a mí si me serviría de mucho lo que él hiciera.
Desde la muerte de mi hija me dije que su muerte no podía ser una muerte que no sirviera de nada y quizás haya sido eso lo que me ha hecho seguir adelante.
Sé que para cada persona, su pérdida, es la peor y que en un estado así, pocas son las cosas que te pueden hacer reaccionar, si tú no quieres, pero yo te pediría, Severiano, aún a sabiendas de que me meto donde no me llaman, de que no sé nada de tu vida, aunque seas un hombre conocido, de que lo que tú sientes, sólo lo sabes tú, y que si mis noticias no me engañan, eres padre de 3 hijos y tienes que luchar por ellos.
Ellos te necesitan, igual que otros muchos jóvenes.
Fátima era joven, muy joven, sólo tenía 8 años más que mi hija y ella también querría que lo que a ella le pasó no siga pasando a otras personas.
Yo no soy nadie, me refiero en el ámbito mediático o de influencia. Aunque mi blog ¡Quiero Conducir, Quiero Vivir! parece ser que lo leen muchas personas, apenas si es un granito de arena. ¿Te imaginas a todas las personas que podrías llegar tú?
Helena, Sofía y tantos y tantos jóvenes que han perdido sus vidas en la carretera, unas veces siendo víctimas inocentes y otras por descuidos o fatalidad, necesitan que sus muertes sirvan para algo.
¡Arriba! ¡Vámos! ¡Ayúdame! ¡Tienes que ponerte bien, tienes que salir adelante! ¡Te necesitamos!
No dejes que tu vida y la de ellos se pierda, da otro rumbo a tu vida, recupérala para dedicarla a esto, a concienciar a la sociedad de que todos estamos en la carretera y todos nos podemos ver afectados.
Cuantos más luchemos por esta causa, menos accidentes habrá.
No me dejes sola en esta lucha, échame una mano.
Un beso.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.