Carta a Lidl España
Señores de la empresa Lidl:
Comienza la campaña de Navidad. Para ustedes los comerciantes, el agosto del año. Fechas de compras, alegría, que ustedes se encargan de potenciar, y felicidad para aquellos que pueden ser felices.
Los que tenemos motivos para no serlo o estarlo, son unas fechas penosas. Máxime, cuando a nuestro dolor, por la falta de nuestros seres queridos, ustedes los comerciantes se encargan de recordándonoslo constantemente, tocándonos la fibra sensible, con afán de vender más.
Por si ya teníamos poco con el famoso “vuelve a casa vuelve”, de todos los años, ahora vienen ustedes hablándonos de las sillas que les faltan en estas fechas, y el grado de felicidad según el número de sillas que se necesitan para acoplar a los que se reúnen.
Sí, tienen razón en una cosa: el grado de felicidad se mide en sillas. Para los que hemos perdido uno o más de un miembro en nuestra familia, una silla, tan solo una silla, vacía, es una gran infelicidad.
¿Por qué se empeñan en jugar con cosas que duelen para hacer un anuncio, aunque aparentemente esté tratado en tono positivo?
Por si no lo sabían, en el ámbito del duelo, una silla vacía tiene una connotación muy triste. Los que hemos pasado por ello, lo sabemos bien. Y nos alegramos de las familias que viven este tiempo con ilusión y alegría, pero, por favor, no jueguen con los sentimientos de esta forma.
En mi casa, hace doce años que ya no existe Navidad. Nos sobran sillas.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor borracho.
(El vídeo ha sido eliminado para no hacer más publicidad a la empresa)
Querida Flor:
Hace ocho años y medio perdí a mi hijo Marcos, hace tres senté en su silla vacia a una vecina que se quedó sola. Siempre estará Marcos con nosotros, pero la alegría de Carmen es infinita al encontrase con una familia. Creo que me siento un poco menos triste, porque siento la gratitud desinteresada de Carmen. Un besos muy fuerte
Me parece un detalle precioso. Cada uno tiene que hacer lo que le llene, lo que le de un poquito de sosiego y felicidad, y tú lo has encontrado. Un fuerte abrazo.
Cómo siempre.. Tienes razón Flor, pero que les importa a ellos? Nada y mucho porque lo que quieren es ganar dinero y punto, no les importa el sufrimiento ni la pena que causen. Ojalá nunca les toque a ellos,,,,un beso cielo,,,,