Sus Pertenencias

Cuando hemos perdido a un ser querido, las cosas, los objetos, sus pertenencias, se convierten en fotogramas de su recuerdo.

Hay quien se aferran a ellas como parte viva del ser que se marchó; hay quien no es capaz de verlas, de tocarlas; otros se desprenden de las mismas a toda prisa, regalándolas, donándolas o quemándolas, creen que para no sentir más dolor, pero siempre habrá alguien que tenga que realizar la tarea de recoger sus pertenencias, porque, de este mundo, nos vamos como vinimos, sin nada.

Y reacciones como reacciones, es una tarea de las más dolorosas, pero creo que no hay mayor que la de recoger las cosas de un hijo.

En estos  días, viendo las imágenes de los familiares de las víctimas, con  esas maletas, algunas machacadas, ensuciadas, deterioradas, después del trágico suceso del siniestro del tren de Santiago, renovaba mi dolor con el recuerdo de la recogida de las cosas de Helena, mi hija.

En esas imágenes, una parte de las víctimas iban encerradas en esas maletas, y sus familiares arrastraban de ellas como si el peso se hubiera multiplicado. Así era, así es.

En mi caso, a Helena le faltaban solo tres días para volver a Holanda, donde estaba estudiando, cuando la mato un conductor borracho. Su maleta se quedo medio hacer, y su nota recordatoria de las cosas que se debía llevar, colgada detrás de la puerta de su habitación. Allí continúa, después de 8 años.

Cuando no había pasado ni un mes de su pérdida, tuvimos que viajar a Holanda para recoger su habitación. No pudimos traernos todo, era mucho lo que había acumulado en 8 meses de estancia en ese país. Solo sus cosas más personales, sus libros, sus apuntes, ocuparon muchas maletas.

habitacion

(Habitación de Helena en la Haya)

Nunca podré agradecer lo suficiente, que la universidad pusiera a nuestra disposición a un joven holandés que nos ayudó con todos los trámites, y a las compañeras de estudios de Helena, que estuvieron en todo momento acompañándonos.

 

 

Y entre las muchas cosas que dejamos, la bicicleta que Helena compró, en la que iba de paquete, porque ella nunca aprendió a montar en bici, porque el tiempo nos impedía realizar los oportunos trámites para traerla hasta España. Solo el timbre de esa bici viajó conmigo, y con él aviso cuando voy en su bici, la que un día le trajeron los Reyes Magos, y después de su primera caída no volvió a montar.

¡Cuántas historias habrá detrás de esas maletas! Historias como la de Helena. Como la de esta madre que escribe desde entonces, enloquecida de dolor.

Habrá madres que durante mucho tiempo no serán capaces de abrir esas maletas, conozco alguna que le ha pasado. No os preocupéis. Ya llegará el momento. Pero sea cuando fuere, es un dolor que habréis de pasar.

Sus pertenencias son ahora nuestras pertenencias, porque el ritmo normal de la vida se trastocó. Ahora somos nosotros los que tenemos que recoger sus cosas. Nunca podrán hacer ellos lo mismo con nosotros. Afortunados los que tenéis otros hijos que podrán seguir custodiando sus cosas y vuestras cosas, porque, en mi caso, sigo acumulado fotogramas de recuerdos que, algún día, un alma caritativa tirará a la basura.

Para hacer este post, con el que trato de poner palabras a sentimientos que ahora mismo están produciendo mucho dolor en muchas personas, yo también he sufrido. He tenido que reconstruir todos los enlaces que en él aparecen, y cada uno de ellos muestra una pequeña parte del dolor por la pérdida de mi hija. Este blog tiene tantos años, ha pasado por tantos servidores, direcciones, etc., que antes era fácil enlazar los post porque iban en orden cronológico, ahora no. Disculpad si en algún momento no funciona algún enlace.

Ya veis, una vez más, vuestro dolor es también el mío.

…Tú te fuiste por siempre; mas mi alma
Te espera aún con amoroso afán,
Y vendrá o iré yo, bien de mi vida,
Allí donde nos hemos de encontrar.

Algo ha quedado tuyo en mis entrañas
Que no morirá jamás,…
Rosalía de Castro.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, autora de este blog. Dedicado a todas las Madres que han perdido a sus hijos, por las acciones de otros, por las omisiones de tantos, por la culpa de todos.

 

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Acerca de Flor Zapata

Desde Abril de 2005, soy Flor Zapata, madre de Helena. Ese es mi pie de firma desde que escribo para concienciar sobre los peligros de una conducción no responsable.
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