Cuando se van los hijos
Existe otro tipo de madres sin hijos, pero con hijos. Son las madres que dejan de tener a sus hijos en casa, pero que los siguen teniendo a golpe de teléfono o correo electrónico.
Supongo que para estas madres también es un golpe , porque volvemos a lo mismo de siempre, igual que nadie nos educa sobre la muerte, nadie nos educa para ser padres y en especial para formar a nuestros hijos y dejarles volar.
Somos de una generación que salía de casa de los padres para casarse y la gran mayoría, mucho más jóvenes que hoy en día salen nuestros hijos.
No son muchos los jovenes que hoy se emancipan y abandonan el hogar de sus padres, la mayoría por los problemas de hacerse con una vivienda y otros porque no necesitan esa independencia viviendo con los padres, por no decir que quizás es mucho más cómodo vivir así con los problemas de logística hogareña resueltos y toda la independencia que se quiera para el resto de temas.
Por ello y porque cuando deciden salir, en su gran mayoría no conlleva una boda, muchas madres llevan mal esta separación.
Se nos olvida que traemos a este mundo seres que durante un tiempo serán nuestros mientras ayudamos en su formación, pero después, serán otra familia.
Recuerdo cuando Helena se marchó a Holanda, yo decía que era feliz. Tenía menos trabajo, no discutía con otra mujer por las tareas de la casa, ya sé, ya sé, no me digáis machista.
Decía que estaba más relajada, tenía más tiempo, etc. Y cuando ella me preguntaba «Mamy, ¿Me echas de menos?» yo le contestaba, «para nada, para nada, estoy feliz, tan a gusto, no me peleo con nadie por la mañana por la ropa, las pinzas del pelo, el bolso que llevar, el cuarto de baño…» Ella se enfadaba mucho y me decía «no me digas eso, mamá»
¡Qué castigo, Dios mío! ¿Por qué? ¿Si era broma?
Era cierto que tenía menos trabajo, pero ¡Cómo no la iba a echar de menos !
¿A quién se le ocurrió hacerme esto!…¡Claro que te echo de menos Helena! a todas horas, todos los días, hasta que me muera.
Queridas madres con hijos, vuestros hijos están ahí, a un golpe de teléfono, a un correo electrónico, a un billete de avión o tren, no se han ido, no os han abandonado, sólo tenéis que hablar con ellos.
Yo en cambio …