Querida Helena, mi amada hija, la más querida. Sí, sí, ya sé que estás diciendo lo de siempre: que eres la única que tengo, por eso eres la más querida, pero es la verdad, cariño.
Un año más, es tu cumple sin velas, como desde hace 9 cumpleaños. Este año, coincide día y número de años: veintinueve. ¡Qué mayor!
¿Cómo serías, cómo estarías con 29 años? Esa es la primera contradicción de aquellos que os marcháis antes que los padres: nosotros seguimos envejeciendo y vosotros, desde el cristal, seguís igual de jóvenes que el último día que os vimos por última vez. Pero los años siguen cayendo, uno tras otro, en nuestro corazón y en nuestra cuenta.
Y el corazón se va arrugando a la vez que el color de la fotografía se va aclarando.
La tuya me sigue con la mirada, desde donde esté, me posicione donde me posicione, con esa medio sonrisa, con tus pendientes de plumas, con tu suéter rojo, ese color que tanto te gustaba y te quedaba tan bien.
Y así, año tras año, casi se puede decir que llegamos a acostumbrarnos a vuestro cumpleaños en ausencia. A resignarnos. ¡Qué triste es acostumbrarse a este ritual de cumpleaños sin velas!
Ya casi no hay rebeldía, solo pena.
Te escribo esta carta teniendo justo enfrente una de tus fotos con 16 años, guapísima, elegante, con tu primer recogido, vestida para ir de boda, esa en la que te llevaste de calle a los chicos, y ahora, yo te he convertido en una mariposa, un hada… ¿por qué? ¿Para no pensar en lo que te has convertido?
…¿Qué andáis buscando en torno de las tumbas,
Torvo el mirar, nublado el pensamiento?
¡No os ocupéis de lo que al polvo vuelve!…
Jamás el que descansa en el sepulcro
Ha de tornar a amaros ni a ofenderos
¡Jamás! ¿Es verdad que todo
Para siempre acabó ya?
No, no puede acabar lo que es eterno,
Ni puede tener fin la inmensidad…
(Rosalía de Castro)
Quisiera escribirte una carta más amable, más alegre, pero es imposible. Puedo acostumbrarme a que cada año no estés para celebrar tu cumple, pero no me pidas que esté alegre, no puedo fingir.
Querida hija, es insoportable tu falta, tu ausencia, la falta de tus besos y abrazos, tu risa, tus carcajadas, tu olor, tu compañía.
Te queremos, te añoramos, te necesitamos, pero no te tenemos.
Felicidades, hada Helena.
(El hada Helena. regalo de Virtu)
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.
Besos GORDOS.
Para ti y también para J. Maria
Que duro de llevar es esto. Seguiremos adelante como podamos
FELICIDADES!!!!!!!! mi Hada Helena
Feliz cumple Helena!!!!
Mi querida Flor, nos acostumbramos a todo…..aun sabiendo que su ausencia es dolorosa….triste…el vivir sin ellos…lo más duro.
Os envio un fuerte abrazo, a Jose Maria y para ti.
Un beso para el cielo…
Desde la Mancha…
Carmen-madre de Ruben
Qué duro se hace esto!!!!!
Veo a mi hija crecer y siempre pienso que no veré envejecer a mi hijo y me resulta muy triste, muy duro, muy doloroso…
Un abrazo muy fuerte, Flor. También a José Mª.
Gracias, compañeros de dolor.
Miles de besos para mi hada favorita y muchas gracias a tu mamy por compartirte con nosotros. . Guapísima Helena, espero que en ese lugar donde te encuentras, más allá del arco iris, siempre sea primavera y que este día haya sido mágico, como lo son todos los de las hadas… un beso grande para tu mamy también :*