Carta publicada hoy en el Diario de Navarra
El alcohol no respeta ni a los amigos
Ayer podía ver en televisión a una de las madres que perdieron a sus hijos, en un mal llamado accidente de tráfico, el 15 de diciembre de 2006 en la S-10. En él, el conductor dio positivo al control de alcoholemia y, probablemente, debido a este estado de alcoholemia, no dijo que había dos ocupantes más en el coche, que fueron abandonados y no se encontraron hasta el día siguiente.
Esta madre, ayer, se quejaba de la frialdad de esta persona a la hora de declarar y manifestarse. Yo, que ya he pasado por un juicio similar, le podría decir que eso es habitual. Quien no se plantea que con sus acciones puede producir la muerte de una persona, no puede mostrar tampoco arrepentimiento o dolor. Y quien conduce con alcohol dice muy poco de su amor a la vida y a los demás.
No sé el grado de amistad que les uniría a los jóvenes muertos con el conductor, pero el alcohol no respeta ni a la amistad y, por supuesto, los amigos que se unen para divertirse, beber y pasarlo bien, dejan de serlo cuando se produce un hecho así. Al menos para nosotros los padres.
Querida madre, no esperes una palabra de aliento, una petición de perdón, que si lo hiciera sería solamente buscando una pena menor. Y tampoco esperes que este juicio te produzca la debida compensación. Te dará sólo algo de justicia. Muy poca. Dos años y nueve meses en nuestro caso.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, que murió por el alcohol que otro tomó
Publicado jueves, 09 de abril de 2009 8:04 por FZ_madredHelena