Jamás olvidaré el día que Dani Martín llamó a casa. Fue una llamada, para nada esperada, que supuso dolor y alegría a la vez. Hoy, cuando me enteraba de la muerte de su hermana, he sentido una gran tristeza.
Enseguida he pensado en la madre de Dani y en su dolor.
Estoy convencida de que la madre de Dani Martín fue mi cómplice para hacerle llegar a su hijo mi carta e incluso, quizás fue quien le animó a llamarme. ¡Cuánto me hubiera gustado ser yo, hoy, quien hubiera llamado!
Sé por lo que están pasando. Siento vuestro dolor como si fuera mío. La vida es injusta, muy injusta.
Querida madre de Miriam y Dani, ¿qué podría decirte? ¿Cómo consolarte?
Querido Dani: tú fuiste un día mi consuelo. Alegría de un momento haciéndome pensar cómo se habría sentido mi hija si hubiera estado ella en casa. Pero todo eran imposibles, porque si mi hija no hubiera muerto yo no te habría escrito y hoy, yo tampoco estaría aquí, intentado escribir un correo sin entregar, tratando de enviar un poco de consuelo, algo imposible de conseguir y transmitir.
Querido Dani, hoy, más que nunca o por primera vez, estarás loco. Loco de dolor. Lo siento, lo siento de corazón.
Muchos besos, siempre besos, a todas horas besos…
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.