La Pelusa se ha muerto

Hoy, que he tenido un taller de encuentro con escritores y  me gustaría poder decir que, en mi faceta de aprendiza de escritora, he escrito este relato: «La pelusa se ha muerto».

Pero este relato no lo he hecho yo, y no es una ficción. Es un relato muy real.

Hace unos días lo recibía. Me lo enviaba Tery, la madre de Michel y me conmovió. Me pareció que tenía una ternura muy especial. La sensibilidad de alguien que, a pesar de haber perdido un hijo, sabía sentir otras pérdidas.

Os invito a conocer a La Pelusa:

Se me acaba de morir PELUSA, es la abuela de Romanito, ya tenía 15 años, estaba casi cieguita y además tenía cáncer en casi todas las teticas. Hace cuatro años el médico quería ponerla a dormir y nosotros no quisimos. Aquí estuvo dando por saco hasta ayer mismo, corriendo por el jardín y metiéndole guapería a todos los gatos que fueran a tocarle la comida (aunque ella no la quisiera). Hace un mes cayó en celo y tuvimos que cerrar la terraza porque se iba para donde el lobo «en busca de amor» La pobre la revolcaron toda, menos mal que estábamos aquí.

Entonces la pusimos de día en la terraza (no se podía bajar) y de noche dentro de la casa.

Hoy cuando llegué me estuvo moviendo efusivamente el mochito de colita, la estuve acariciando en su cabecita y le dije: PELU, vengo cansada, me voy a dormir. Gilberto tenía visita con el médico, cuando regresó me despertó y me dijo: «Tery, la Pelu se murió «…

LA PELU, llegó a mi vida como al mes de haberse ido Michel. Mi amiga Osiris y yo estábamos trabajando cuando ella la vio en el parque de Emerald Shores, pero pensamos que era de alguien que estaba allí y solo se había alejado un poco. Sólo comentamos que estaba bonita y ya…

Ocho horas después cuando termino y me voy para casa, la veo en la 98, una calle muy transitada y peligrosa. Paré el auto (interrumpiendo el tránsito) y la recogí. Cuando llegué a casa las pulgas saltaban por el asiento… La bañamos y al otro día la llevé al Veterinario, quien dijo que tenía de 9 a 10 años. La desparasitamos, la pelamos bonita y puse un aviso en el periódico en busca de sus dueños (a pesar de que no tenía collar).

El dueño apareció. No la quería, porque tenía malas costumbres y se orinaba en todas partes y era callejera. Pero la Pelu tenía papeles que demostraban que era un Poodle legítimo.

En casa aprendió a orinar en el Pad y resultó más noble que cualquier perro conocido. Le podías poner cualquier perrito a amamantar y ella lo hacía, se acostaba y allí estaba hasta que el perrito terminara…así también hizo con gatos.

DESCANSA EN PAZ, PELUSA.

Tery.

(Pelusa)

Gracias, Tery, por compartir la hitoria de La Pelusa.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

Publicado jueves, 20 de mayo de 2010 0:02 por FZ madredHelena.
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Acerca de Flor Zapata

Desde Abril de 2005, soy Flor Zapata, madre de Helena. Ese es mi pie de firma desde que escribo para concienciar sobre los peligros de una conducción no responsable.
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