Esta viñeta aparecía ayer en El País.
Forges describía así una escena muy habitual en todos los hogares y la preocupación de muchos padres.
Algunos padres no le dan más importancia a este hecho. Otros, en su afán por educar, no lo permiten y hacen, como en la viñeta, lo imposible por despertarles.
Recuerdo que yo llevaba muy mal que Helena recuperase sueño cuando volvía tarde, algo que no realizaba con asiduidad, como es el caso de otros hijos. Por supuesto su recuperación nunca llegaba a la hora que marca la viñeta.
Ahora, tengo el sentimiento de culpa.
Esta es la diferencia entre tener los hijos vivos o muertos.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
Publicado domingo, 25 de mayo de 2008 10:06 por FZ_madredHelena
Yo tenía pánico a cuando llegara ese momento… por lo que oía de los demás…y nunca llegó. ¡¡¡Lo que hubiera dado por un día de esos¡¡¡¡. Al menos formaría parte de un ‘recuerdo’ más para atesorar. También significaría que habría vivido más años… pero con 13 años y medio… ni de lejos las fiestas.
Ahora me llegará con la niña.. en breve. Y pánico me dá.
Besico.
Elena