Últimamente me desvelo bastante. Me acuesto tarde. Me levanto pronto. Anoche estuve viendo un programa en TV2 de Documentos TV, «Superdotados: al Este de la campana de Gauss»
Era sobre el problema de ser un superdotado en este país.
Es mucho más fácil tener poca cabecita. Los que son muy especiales, no se encuentran nada más que con problemas a la hora de formarse, estudiar, ir al colegio. El testimonio de niños hasta que son declarados como superdotados y de los que ahora son adultos, fue tremendo. Tristeza, depresión, rechazo, eran algunos de los sentimientos que estos testimonios transmitian, casi como si se sintieran culpables de ser diferentes, cuando los que nos deberíamos sentir culpables tendríamos que ser los que por desgracia somos inferiores a ellos (esto lo digo yo).
Después de ver este programa, recordé a unos padres que perdieron a su hijo y de los que supe no hace mucho, cuando escribí mi post “Inventarse la vida”. Ellos me mandaron la dirección de su página para que la pusiera en este post y quedé impactada con la historia de Nacho. El hijo de estos padres decidió marcharse un día, por unos malos resultados en el colegio.
Algunos de los testimonios de estos superdotados del documental que acababa de ver, a pesar de su índice de inteligencia, eran fracasados escolares en este país. Recordaban su paso por el colegio como una etapa triste y difícil. Sólo aquellos que consiguen marcharse a otros países llegan a hacer su sueño realidad y convertirse en científicos y cerebros privilegiados de los que se benefician países en los que no nacieron.
No sé si éste era el caso de Nacho. No quiero decir que tenga relación. Pero me ha hecho pensar mucho.
Os dejo el video por si queréis ver este documental:
Un fuerte abrazo para los padres de Nacho. Sin duda Nacho debía ser un niño muy especial y ellos tuvieron el privilegio de tenerle, aunque por poco tiempo.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
Publicado miércoles, 02 de septiembre de 2009 12:07 por FZ_madredHelena