En un fin de semana desapacible y frío en el que lo mejor es estar en casita, leer, escuhar la radio y ver la televisión, he leído, escuchado y visto muchas cosas que me han hecho reflexionar.
Para empezar, el fin de semana comenzó con la visión del programa Informe Semanal y su documento sobre la disminución de los accidentes de tráfico, durante el año que acaba de terminar. Buena noticia, menos para los que murieron en este 2009. Destacaré que de todas las personas que salían en el reportaje emitiendo una opinión, me llamó especialmente la atención de un joven investigador de la Universidad Complutense por su afirmación de que lo bueno no es la disminución de muertos, porque lo ideal y a lo que se debería llegar es a número de muertos “0”
Pero si este reportaje dolía y me traía muchos y penosos recuerdos, el que siguió no era menos doloroso. Se trataba de las otras muertes que en Venezuela comienzan también por la “c”. En este caso no era “carretera”, sino “criminalidad”.
Una acción que lleva a la pérdida de la vida de muchos jóvenes a manos de otros jóvenes y un arma. El final del reportaje me sorprendía con una reunión de madres para, como nosotras, plantearse acciones encaminadas a disminuir estas muerte. Se trataba de “Madres contra la inseguridad”. En todas partes son las madres las luchadoras.
El ejemplo de escucha ha sido el domingo con el programa “no es un día cualquiera” de Radio Nacional de España. A través de él he podido conocer la existencia del libro que da título a este post “Por no llorar”, del autor de humor gráfico José Manuel Puebla. Y como siempre, voy captando mensajes, reflexiones, comentarios siempre cercanos a mi tema: la seguridad vial. Así, podría contaros que este autor ha tenido algunas buenas definiciones como “los intermitontos”: esos que algunos ponen para hacer lo que quieran, o lo que otros no ponen para no avisarnos al resto de conductores y así propiciar momentos de riesgo y peligrosidad. O cómo ha contado sobre una de sus viñetas en la que un conductor coge el teléfono y después del “diga” le contesta la DGT. Decía que eso es lo que piensa siempre que ve a alguien conduciendo y hablando por teléfono. Me ha parecido muy acertado. Interesante entrevista.
Y también he leído. Por ejemplo el artículo del El País semanal titulado “¿Qué necesito de los demás para ser feliz?”, segunda entrega de una serie de reportajes sobre el crecimiento personal de Borja Vilaseca.
En él se entrevista a una serie de personas que han salido fortalecidos de alguna crisis personal o un mal momento en sus vidas. Por supuesto, me ha llamado la atención y me he detenido en la de Gisèle Rottier, una madre, empresaria, divorciada y con 3 hijos: “La muerte de mi hijo me hizo despertar a la vida”. El detonante de su fortalecimiento fue la pérdida de su padre y uno de sus hijos en un accidente de tráfico.
Las declaraciones de esta mujer se parecen a las de otras madres que todavía me sorprenden y me impresionan, porque creo que es difícil llegar a este grado de superación o no sé si se puede llegar hasta él: “Existe una gran diferencia entre existir y estar vivo”
En resumen un fin de semana con mucho sobre lo que pensar y reflexionar, siempre con la intención y con el fin de “reír, por no llorar”. Pero las lágrimas son también liberadoras. Y hay que llorar. Sólo que cada uno tendrá un tiempo y un momento para llorar y su duelo, a cada uno, le llevará un tiempo.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.