Dedicada a los familiares de los tres jóvenes del siniestro de Zas.
(Esta carta la escribí después del accidente que costo la vida a tres jóvenes, fue publicada por varios periódicos de Galicia)
QUIERO GRITAR!
¡Quisiera gritar! Quisiera emitir un grito tan grande que parase el mundo. Un grito que transmitiera el dolor que siento desde hace un año y que aumenta cada fin de semana cuando escucho o leo, los muertos en el fin de semana por accidentes de tráfico.
¿Cómo podría hacer para llegar a las conciencias dormidas de esta sociedad?, ¿cómo podría transmitir mi dolor?, ¿cómo podría convencer de que mañana puedes ser tú?, ¿cómo decir que esto es una locura, que la vida es bella y demasiado corta en situación normal?
¡Quiero Conducir, Quiero Vivir! Fue el mensaje que transmití a los amigos de mi hija, después a través de los periódicos a los jóvenes que leyeron mi carta. Les pedía que cambiaran este mundo, esta realidad. Quería cambiar el motivo, la causa o al menos disminuir el factor de riesgo. Este fin de semana, una vez más, 3 jóvenes muertos en un único accidente. Al principio tenía alguna esperanza de que esta frase se convirtiese en un eslogan, en una bandera para vivir, pero cada vez me parece más una utopía. ¡Tonta de mí!
Jóvenes de este país ¿Qué os pasa?, ¿no os dais cuenta que es la más fea del baile?, ¡Miradle la cara! Tiene cara de velocidad, de droga, de alcohol. ¡No os dais cuenta que os cobra muy caro por muy poco placer!. ¡Miradle la cara, es la muerte!.
Vosotros perdéis la vida y a nosotras, vuestras madres, nos arranca las entrañas. La muerte también se apodera de nosotras.
Una vez más, ¡Tonta de mí, qué joven leerá esto?
Necesito gritar, pero al contrario que Liza Minelli en Cabaret, no encuentro el puente para hacerlo. Será porque la vida no es una película, esto es realidad. ¡Ayudadme a gritar! ¡Oíd mi grito! ¡Gritemos todos! Pero por favor, que pare esta sangría.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
Alcobendas. Madrid.