Hacía varios días que la habitación de Helena, con mucho dolor, estaba ya desmontada. Sólo su corcho había permanecido hasta hoy. Y hoy, han comenzado a pintarla.
(Corcho de Helena antes de irse a Holanda)
La persona que ha tenido el privilegio de entrar en este santuario para transformarlo, curiosamente, es irlandés. Helena estuvo 3 años yendo a Irlanda para aprender inglés. Y este joven irlandés me comentaba que le gusta mucho España pero que hay algo que no le gusta, ni le gustaría para sus hijos: el tráfico. Para él, el tráfico es muy peligroso en España.
¡Qué cosas!
Cuando se ha marchado, he encontrado una foto encima de la cama. Era una foto de Helena con su tía. Alguien que compartió con ella muchos ratos y alegrias , y que, por el parecido, podría pasar más por su madre que por su tía.
(Helena y su tía, bailando sevillanas) (¡Qué arte tenía mi niña!)
Es probable que se haya caído del corcho.
(Corcho en la habitación de Helena en la Haya)
Después, ha sido una tarde triste: visita al cementerio, visita a la residencia de mis padres. Todo triste.
Y casi para terminar el día, encuentro en el suplemento «Babelia», un artículo de mi admirada Rosa Montero. Se trata de un artículo titulado «El padre y el dolor», sobre el libro titulado «Tiempo de vida» de Marcos Giralt.
Me ha parecido un artículo muy interesante con muchas frases del autor de libro y de la propia Rosa Montero, sobre la vida, la muerte y el duelo: «La vida te enseña muchas cosas, pero la mayor parte de ellas hubieras preferido no aprenderlas». Dice la autora que el libro de Giralt habla de la manera de lidiar con el dolor y cómo domarlo a través de la escritura.
Os recomiendo que leáis el artículo porque está lleno de frases y referencias que nos son muy cercanas, no en vano la propia Rosa Montero sabe lo que es una pérdida.
Cinco años y sigo sufriendo. Cinco años y me sigo resistiendo a quitar su cosas, su habitación. Pero como dice la autora del artículo: «Quién sabe lo que dura un duelo? ¿O si acaba jamás? Sin duda acaba el primer periodo de embotado embrutecimiento». O como dice el propio autor en su libro: «Un duelo es una cosa extraña. Un duelo te aísla incluso de ti mismo». O «Me he hecho más frágil, me he hecho más triste, me he hecho más temeroso, me he hecho más escéptico, me he hecho más viejo».
¡Cuántas coincidencias!
¿Me estará diciendo algo Helena o será sólo el efecto sanador de la escritura?
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.