Se cumple el cuarto aniversario de la muerte de cuatro jóvenes de Villanueva del Pardillo, y el día que escribí la reseña de ese fatal siniestro, no tenía ni idea de que cada vez que fuera a visitar a mis padres pasaría por delante de las cruces que recuerdan tan horrible pérdida.
Sí, el primer día que pase por ese lugar y vi tres cruces, una de ellas doble, me dije, aquí ha habido ruina, pero en ese momento no lo relacioné pero enseguida me acordé: pero si esto es Villanueva dle Pardillo, aquí fue donde se mataron esos jóvenes. Y cada día que paso me digo lo mismo, ¡pero si esto es una recta!
Hoy, justo cuando pasaba por allí, me he dado cuenta de cuál es el problema: Es una recta pero con un pequeño cambio de rasante. Creo que el siniestro se produjo por un adelantamiento.
El caso es que, por si no se me olvidaba lo de mi hija, cada vez que paso también me acuerdo de ellos.
¡Cuánto dolor compartido!
Este es un aniversario que no puedo compartir con los padres de estos chicos porque seguro que ellos nunca sabrán que yo escribí sobre la muerte de sus hijos y ellos nunca se pusieron en contacto conmigo pero es un aniversario más que no podré olvidar.
Vuestro dolor es también el mío.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.