Hay quien no cree en un dios, pero cree en los ángeles. Hay quien dice que sólo los niños hablan y ven a los que ya no están aquí. Hay quien cree que las hadas están en la vida real, además de en los cuentos. Y estamos los que no creemos en nada pero nos ilusionan pequeños encuentros.
Cuando Helena tenía unos seis años, murió su abuelo paterno. Y todos tratamos de ocultárselo porque sabíamos lo que ella lo quería.
Pasado unos días, ella misma lo dijo: mamá, el abuelo se ha muerto ¿verdad? Sí, hija. Y en vez de restarle importancia tratar de consolarla, fue ella la que tuvo palabras de consuelo.
«Pero no importa mamá, me decía como intentando animarme. No importa porque se vuelve a nacer ¿verdad?
No sé de donde se sacó ella esa idea.
Yo no sabía que decirle. Tampoco necesitaba mentirla para consolarla porque parecía que lo tenía muy claro y muy asumido. Y le contesté lo más sinceramente posible: No lo sé. Nadie ha vuelto para decirlo.
Anoche, otra niña, me dejaba sorprendida.
Se trata de Cintia, la nieta de Manoli, la madre de Edu. ¡Qué suerte tener una nieta!
Cintia dice que le encantan los ángeles y las hadas. Los ángeles como su tito Edu. Y Manoli le leyó mi cuento «El guardián del ventanal».
Desde que se lo leyó quedó impresionada y como le encanta Internet (creo que tiene nueve años), se metió y comenzó a buscar hadas. Y para mi sorpresa, encontró ésta:
Puedo prometer y prometo, que jamás, antes, había visto esta imagen, pero he de reconocer que se parece mucho a la escena del osito Diego salvado por el hada Helena, de mi cuento.
Al ver la imagen, recorrió todo mi cuerpo un escalofrío.
Se la mandé a Vanessa, la mamá de Diego y ella me comentó que cuando editó el cuento, estuvo buscando imágenes que se adaptaran al mismo pero no encontró. Ésta tampoco.
¿Por qué una niñita que llama a su tito, «ángel», y que busca encontrarle entre hadas y ángeles ha encontrado esta imagen?
A veces me gustaría creer. A veces me ilusiona creer que creo.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.