Belén Núñez es una joven poeta de Sevilla (no me gusta poetisa). Su último libro se titula «El resplandor de la lágrima», un título muy sugerente para los que hemos derramado tantas y sabemos del poder sanador de la lágrima.
Cuando yo era una niña, se decía aquello de «Quien bien te quiere te hará llorar» ¡Qué horror!
También tuve un profesor que cuando nos hacía llorar por ponernos una mala nota, decía que llorar era muy bueno, que él lo hacía todos los días de 6 a 7 de la mañana.
Y también escuche muchas veces lo de «los chicos no lloran» o «no está bien llorar en público». Todo mentira.
Aún no he podido leer el libro de Belén. No tengo ni idea si este resplandor de la lágrima tendrá que ver con nuestra nueva vida, esa que se inicia después de las lágrimas vertidas por nuestras pérdidas. ¿Y Quién no ha tenido alguna pérdida? Sólo puedo traer hasta aquí uno de esos versos de Belén, compañera a la hora de escribir, pero con mayor talento que ésta que hace esta humilde reseña.
La pizarra de las pitas enardeciendo la tarde,
el otoño,
los ítems de los árboles besando el río,
llorones,
las serpientes de plata que ondean el agua,
el mar acerado del aire
y besos a punto de nacer, sensibles.
Las pestañas salpicadas de gotas de luz
vuelven a crepitar,
mientras un aleteo imperceptible e invisible
me calienta los labios.
Belén Nuñez. «El resplandor de la lágrima. Editorial Renacimiento
Querida Belén, te deseo mucho éxito con este nuevo libro. ¡Cómo te envidio! Sabes que te he comentado alguna vez, que en los momentos más dolorosos se necesita de la poesía para expresar los verdaderos sentimientos, porque no hay forma más pura para poder hacerlo. ¡Y cuánto echo de menos no tener esa facilidad! Ese don, que tú sí tienes.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.