La Independencia
Anoche estaba tan triste que no pude escribir.
Cuando se producen determinadas sentencias mis fuerzas flaquean. Pienso que los perjudicados somos lo que ponemos todos y no recibimos nada, ni siquiera esa palabra, que no quiero ni pronunciar para que no me acusen de interferir, y que parece estar destinada sólo a unos pocos y que suelen coincidir con ser los causantes de nuestras desgracias.
No debo pronunciarme sobre sentencias, porque la mi hija está todavía por verse.
La mía fue de aplicación inmediata, desde el momento en que ella murió. Condenada de por vida. Mi marido y yo estamos pagando desde el mismo día, cumpliremos la condena completa, no importa que sea la primera vez, no tenemos derecho a reducción.
Hemos perdido a nuestra hija, hemos perdido nuestra salud, física y psíquica, seguimos cumpliendo con nuestras normas de buenos ciudadanos, procuramos respetar la independencia, yo escribo para dar ejemplo y aconsejar que todos pongamos de nuestra parte en la carretera. ¿Qué más puedo hacer?, ¿Qué podríamos hacer todos?
Sí todos, los que me leéis, los que sabéis de la existencia de estas sentencias, los que vivimos en esta sociedad, las personas buenas que cumplimos con nuestras obligaciones y deberes y que por la actuación de otros nos vemos en la necesidad de reclamar nuestros derechos.
A mí, ya no se me ocurre que más puedo hacer.
Por favor, pensad, opinad, ¿Cómo se podría solucionar?, porque mi visión utópica de evitar los accidentes con una mayor concienciación, nunca será total porque siempre habrá descerebrados que los producirán.
Y por más puntos que nos quiten, más radares que pongan, alquilemos autobuses para despedidas de solteros y así no haya la posibilidad de producir un accidente por beber, utilicemos el transporte público, etc., siempre habrá otro que no pondrá nada de su parte.
Y con ese, precisamente con ese, con ese que no ha sido buen ciudadano, que ha transgredido todas las normas, leyes, principios y obligaciones, habrá alguien que será “independiente”, que le jugará con independencia.
Estoy muy triste, mi tristeza es ya mayor que mi rabia, mi impotencia.
Espero vuestras ideas, pero, por favor, sin faltar el respeto.
«La idea de lo fácil aniquila la voluntad de las personas». Frase de Iñaki Gabilondo en la entrevista publicada en Psychologies nº21 Oct. 2006.