Es curiosa la forma que tienen de llorar las entrañas.
Sí, las entrañas. Esas que, a veces, se retuercen también de dolor.
Las mías, además, las voy perdiendo pedacito a pedacito.
Mis problemas con los «bajos fondos» comenzaron de muy joven, cuando los problemas de mujer, como los accidentes de coches, eran un mal irremediable, una fatalidad que había que pagar por la modernidad, por movernos con los coches. El mal de las mujeres era algo también que había que sufrir por la gracia de un día llegar a ser madre.
El embarazo de Helena fue un verdadero placer. Nueve meses de descanso. Ni un solo dolor de ovarios. Pero sólo eso, un descanso. Después, a pesar de haber tenido sólo un embarazo y un parto, mi cuerpo muestra un rastro de 2 legrados, una cicatriz como la de una cesárea y varios ingresos en la sección de ginecología o maternidad.
Hacía tiempo que la cuna que meció a Helena había sido eliminada. Primero fue la cuna, después me arrebataron a ella y ahora, un caño de la fuente, que aparentemente se había secado, pero que comenzó nuevamente a brotar. Aunque no era agua.
¿Por qué? ¿Qué quería? Había formado una bola de 5 centímetros, quizás con intención de confundirse, de pensar que era un nuevo óvulo, una nueva vida. Pero, dónde, si ya no tenía cuna.
Yo más bien pienso que es una forma más de llorar.
En la última crisis estaba Helena, como una jovencita responsable, tomando un taxi para llevarme hasta un hospital. Esta vez estaba su padre. Pero estoy convencida que ella también estuvo por el hospital y fue la que hizo que doctoras, doctores, enfermeras, enfermeros y resto del personal del Hospital de la Moraleja, tomaran las decisiones adecuadas y además, con mucho cariño.
Hoy, en este post, las mujeres de «Madres sin hijos» están presentes con su espiral y con su rayo.
Hoy, este post de agradecimiento, es más que nunca, ese «correo sin entregar»
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, que murió por el alcohol que otro tomó.
…como si de nuevo estuviera embarazada de esa hija o hijo que me falta…y así en momentos me envolvería (espiral) su ternura y en otros me daría mucha fuerza (rayo) Y así dentro de mi vientre, sintiéndola muy dentro, me daría la voz… la palabra… y el pensamiento…para expresar juntas la vida… (Explicación de la autora de “Las mujeres” de Madres sin hijos, Celsa Sánchez)
Publicado martes, 11 de agosto de 2009 10:17 por FZ_madredHelena