(Corazones partidos en El Retiro, por nuestras víctimas de tráfico)
Ayer fue un nuevo día de reunión de las madres en el parque del Retiro. Ayer, conocí a otras madres que acaban de perder a sus hijos. Y abuelas, cada día más jóvenes, que ya han perdido a un nieto. Ayer fue, una vez más, un día de duro trabajo, sentida emoción, tensión y lágrimas.
Siempre hay una nueva madre, y cada año, también, seguimos las mismas. Esos rostros que se van haciendo repetitivos en los informativos de ese día, y que ninguna querría mostrar, pero como una imagen vale más que mil palabras, que dicen…
Ayer, un año más, a las que nos va el trabajo, no paramos de pegar, colocar, abrazar, saludar y querer llegar a todo y todos, misión imposible.
Por eso, desde aquí, quiero daros las gracias, porque somos muchos en número pero menos en presencia, porque actos como estos suponen mucho esfuerzo y emocionalmente son muy duros.
También, agradecer a otras madres que también han perdido a hijos por otras causas, que estuvieran con nosotros. Y al grupo de moteros. A las autoridades, supongo, que ya se encargarán otras de darles las gracias.
Y a las que hace muy poquito que nos acompañan en esta larga lista, por ser tan valientes de acompañarnos. Sé que para ellas, especialmente, les fue muy difícil. Porque el tiempo no cura nada, no perdona, solo ayuda para aprender a vivir con ello.
¡Cómo me gustaría poder ayudar a algunas!
Como a la madre de Bárbara, que hace solo meses que la perdió.
Y Ruth, la madre de Sandra, que no se encuentra en su país y además, este, siempre le recordará que perdió a su hija.
Y a las hermanas de Lourditas, que lo tienen también más reciente, y este fue su primer año en El Retiro.
Pero yo tampoco tengo mucho más que ellas, solo más años de dolor porque antes fui yo.
El dolor compartido no es menor pero es más llevadero. Besos y abrazos para todas.
(Aún no puedo poner las fotos aquí. Podéis verlas en mi muro en Facebook. Por favor, las nuevas madres, escribidme).
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.