Creo que ya he comentado alguna otra vez, que después de la pérdida de mi hija, encontré, contacté, o hice amistad con personas importantes por sus conocimientos, su actitud, su profesionalidad, su creatividad o simplemente por la afectividad que me mostraron. Y muchas de estas personas me han enriquecido en mi desarrollo como persona. Y, estoy convencida, que eso fue posible por haber perdido a mi hija.
Sé que estos nuevos contactos nunca suplirán la falta de mi hija, pero me gusta pensar que fue algo que me dejó ella. Y cada uno, y en diferentes momentos de mi dolor, me ha entregado un regalo, que también quiero pensar es un regalo de Helena, que me llega a través de ellos.
Y como mi explosión de locura fue escribir, son muchos los escritores y poetas con los que contacté. De todos ellos aprendí, cómo no si yo no sabía nada, pero, además, todos me regalaron muestras de afectos y escritos dirigidos o en favor de mi lucha. Y otros, sus poemas en los que me refugiaba o de los que me servía para poder expresar mi dolor.
Hoy he estado con Nieves Gallardo, escritora y poeta, y, aunque ya ella me había hecho llegar el poema «Mi vida» dedicado a la memoria de mi hija, hoy lo he podido ver plasmado en su poemario «Sin Permiso». Ha sido un placer y una alegría volverme a reencontrar con este poema y con otros de esos que siempre sacas partido al leerlos una y otra vez.
Y al igual que me pasó en su día con los poemas de Manuel Juliá o los de Rosalía de Castro, los he hecho míos, me he adueñado de ellos, y los he señalado, subrayados, troceado, como si fueran alimentos para guardarlos y administrarlos cuando los necesite.
Conocí a Nieves casi en mis peores momentos, cuando mis escritos solo tenían un tema y rezumaban dolor. Estábamos en el mismo taller de escritura, pero ella era una alumna aventajada, y su poesía me cautivó. Por eso, hoy, este libro ha sido un regalo, un regalo con mucho amor.
Gracias, Nieves, por la charla, la compañía, el regalo, y sobre todo, por la empatía, porque hay que sentir mucho el dolor ajeno para expresarlo tan bien.
MI VIDA
Dicen que has muerto,
pero yo, te siento tan viva…
En la soledad de la noche
escucho tu silencio, y
me miras, me sonríes,
tus risas son mis alegría.
Dicen que has muerto,
pero yo, te siento tan viva…
Cuándo amanece y
el sol acaricia mi cara.
Es tu mano la que siento,
tu piel la que me abraza.
Dicen que has muerto,
pero yo, te siento tan viva…
Son tus ojos, tu pelo,
tu aroma el que me embriaga,
cuándo contemplo tus fotos
y me abrazas por la espalda.
Dicen que has muerto,
pero yo, te siento tan viva…
Qué sabrán ellos si
tú, no eres su hija.
Si nadie te parió salvo yo,
si nadie te dio la vida.
Dicen que has muerto
¡Mentira, todo mentira!
Puesto que a mi lado andas,
junto a mí siempre caminas.
En tus hombros yo me apoyo
y en tu recuerdo, mi niña,
vivo más que cualquier ser
ya que tú, eres mi vida.
Nieves Gallardo Cañaveras (Dedicado a Helena y a su madre Flor Zapata)
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, que murió por un conductor borracho.
Pero no solo tú de recibes esos regalos, porque también nosotros recibimos regalos de Helena, a través de ti…
Encantada de haberos conocido . A ti a través de Helena y Helena a través de ti….
Un besazo!
Q bonito!!!
Gracias a ti Flor, gracias a Helena… La suerte y el placer han sido míos por conocerte y por quererte. Dicen que todas las cosas ocurren por algo y quizás ese momento en el que nos conocimos fue resultado de algún hechizo del Hada Helena…
Solo espero seguir encontrándonos más veces, en mas lugares y como poco, con el mismo cariño.
Un besazo inmenso!!!