Cuando escuché la noticia de que entre los muertos de la tragedia de Alemania en el “Loveparade” se encontraban dos españolas, enseguida pensé que podían ser estudiantes de Erasmus, e inmediatamente pensé en unos padres que tendrían que hacer un viaje muy doloroso a Alemania, y recordé otro viaje espantoso: el que hicimos para recoger la habitación de Helena en la Haya.
Hoy, leía más coincidencias con nuestro caso: Clara y Marta eran estudiantes de Erasmus que volvía a casa en pocos días. Helena volvía en tres días a Holanda para seguir su curso como becaria Erasmus.
Entre las declaraciones de los amigos de Clara y Marta leía sobre ellas: Clara como una persona «muy abierta y simpática». «Tenía una personalidad muy fuerte. Es de las personas más alegres que he conocido. Siempre tenía la sonrisa en la boca y una vitalidad incansable». Y sobre Marta “era una chica divertidísima que hablaba muy bien inglés y alemán». «Era amiga de todos, nunca tuvo un problema con nadie». Parecía que estaba leyendo descripciones de Helena.
Clara y Marta se habían desplazado unos 100 km. para asistir a este evento. Helena, junto con otros compañeros, alquilaron una furgoneta y se desplazaron hasta Colonia para los carnavales y otras ciudades.
(Helena y sus compañeras de Erasmus preparando sus disfraces de tulipan, para los carnavales de Colonia)
Nuestros hijos, cuando están de Erasmus, aprovechan para moverse por Europa, todo les viene tan a mano, tienen tanta energía y tantas ganas de disfrutar y pasarlo bien…
A pesar de mi dolor, agradecí que Helena estuviera aquí, que no le hubiera pasado en Holanda, porque habría sido aún más doloroso. Por eso, me pongo en el lugar de los padres de estas jóvenes. Otras que han dejado sus vidas fuera de España, pero qué más da el lugar, lo insoportable va a ser su ausencia.
Queridos padres, yo también he llorado por vuestras hijas, porque siento vuestro dolor muy cercano.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, estudiante de Erasmus en la Haya durante el curso 2004-2005.