Ayer, un año más, El Retiro se llenó de globos blancos. Un globo por cada uno de nuestros hijos, perdidos en los mal llamados accidentes.
Escribimos el nombre de cada uno de ellos en esos globos y, después de un minuto de silencio, los soltamos.
Hoy, algunas de las noticias alusivas a este acto, hablaban de globos y lágrimas, porque es inevitable que, por mucho tiempo que pase, no sigamos llorando por nuestros seres queridos.
Pero este año se ha hablado, también, de los que no mueren y se quedan con la vida partida. Especialmente lo lesionados medulares. Pero hay otros lesionados que apenas se ven.
María Elena, hija de amigos y amiga de Helena, trabaja con muchos de estos afectados por accidentes. Son los lesionados neurológicos, que no vuelven a ser las personas que eran anteriormente. Ella me decía: «de estas personas se habla poco. Sólo se habla de los que mueren y de los que quedan en una silla de ruedas». Tiene razón. Esas otras víctimas sobreviven y viven pero sólo gracias al cuidado de otras personas y nadie les quiere mostrar como ejemplo de nada. Son los invisibles.
Y a pesar de los muertos, en lo que va de año más de 1900, de tantos heridos graves y de la cantidad de familiares que quedan afectados por tanto dolor, las noticias dicen: Se reunieron en El Retiro 200 personas.
¡Doscientas personas!
Las víctimas de los mal llamados accidentes quedan tan impactadas, destrozadas y paradas, como resultan los coches afectados. Creo que ese es el motivo de tan poca participación.
No creo que haya otras víctimas con tal poder de aceptación, resignación y conformismo como las víctimas de accidentes de tráfico. ¿Seguimos pensando que es un tributo que hay que pagar a los dioses por los tiempos modernos?
¿Dónde estaban los miles de moteros que se reunieron, también en Madrid, el 8 de Noviembre?
¿Dónde estaban los ciclistas que pierden a sus compañeros? ¿Es porque los matan los «cochistas»?
Coches, motos, bicicletas ¿No son todos instrumentos con los que nos movemos? ¿No somos todos víctimas?
Mis visitas a El Retiro, han pasado de ser un día feliz con Helena, marionetas, payasos, viajes en barca, etc., a un día de dolor y tristeza.
Queridas madres sin hijos, ayer, un globo blanco llevaba el nombre de vuestros hijos: Sandra, Roberto, Eugenio, Alan, Manolo, Rocío, Iñigo, Regis, Nick, Belén, Victoria …y todos los demás.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.