He encontrado muchas madres que han ido perdiendo a sus hijos después de mí, pero también a otras muchas que me llevaban años en el dolor y en la lucha por la concienciación.
Carolina y Mar eran dos jóvenes llenas, también, de alegría, proyectos e ilusiones y se quedaron en la plaza de Colón, un fin de semana que se trasladaron hasta Madrid para asistir a «El Fantasma de la Opera».
En su camino se cruzó otro fantasma. Éste, en lugar de arrastrar cadenas, arrastraba una cuba de alcohol, eso me contaron sus madres.
Hoy se cumple el octavo aniversario.
La distancia se pierde
o se alarga, según se mire el mapa de nubes
entre el sentimiento y la experiencia, entre
lo que está más cerca del mundo y lo que queda
en otra parte llena de agujeros dudosos
que solo aprendimos en los libros…
Obstinación. Manuel Juliá. “Sobre el volcán la flor”
Queridas, Lydia y Sari, no hay distancia entre nosotras y nuestro dolor.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.