Creo que este tema lo he tratado ya en otras ocasiones, de hecho está presente en todos mis post, pero quizás no de forma tan directa en su título.
El otro día, en Espejo Público muchos quizás vierais el espacio titulado «Como sobrevivir a la muerte de un hijo». Se trataba de la entrevista a unos padres que perdieron a su único hijo por un alud de nieve, y después se pudo ver una sesión de terapia del grupo «ALAIA». Padres que se reúnen para trabajar y hablar sobre su duelo.
Conozco a algunos de estos padres que acuden a esta asociación, así como a la psicóloga que lleva el grupo, y que ella misma también sabe lo que es una pérdida.
En muchos de mis post y comentarios siempre digo: busca ayuda.
Yo misma estuve cuatro años acudiendo a una psicóloga que es la persona que más me ha ayudado a sobrevivir. Ella descubrió y alentó mi tabla de salvación: la escritura.
Debería seguir, porque yo creo que quizás toda nuestra vida vamos a necesitar apoyo, pero las circunstancias mandan.
La empresa en la que trabajaba, o mejor dicho, su presidente en ese momento, se encargo de buscarnos esta ayuda. Algo muy de agradecer y poco común. Una ayuda especializad que, hace cinco años, no era muy habitual. Todo esto va cambiando. Cada vez son más los padres que buscan ayuda en su duelo. Cada vez más ayuntamientos tienen este servicio. Pero todavía, sólo en aquellas catástrofes en el que el número de víctimas es cuantioso, los padres, familiares, consiguen ayuda psicológica. Nosotros no tuvimos a nadie que nos diese la noticia de una forma suave ni especializada.
Nuestra ayuda psicológica fue individualizada, mi marido tuvo una psicóloga y yo otra. Porque, aún dentro de la misma pareja, cada uno siente el dolor de forma distinta, y creo que es lo ideal, pero las terapias en grupo también son muy efectivas. Y en nuestra asociación de lucha por los siniestros de tráfico: «Vida en la Carretera», asociación de afectados por la violencia vial», hacemos esa misma terapia, unas veces guiados por nuestra psicóloga y otras, ni siquiera es necesario, de forma natural sale.
Por mi propia experiencia y por la de muchas personas qeu conozco es fundamental la ayuda de un buen experto, pero no penséis que con esto vais a dejar de sufrir, no. Solo os van a ayudar a hacerlo de una forma menos dolorosa y más productiva para vuestra nueva vida.
Los que no han pasado por este dolor no pueden saber lo que es, por mucho que quieran imaginarlo, y los que nos quieren, y no quieren vernos sufrir, casi nos pedirán que nos apartemos de nuestros iguales, que solo nos produce más dolor. Estan en un error. El dolor, si no te mata, te hace más fuerte.
Los que lo hemos pasado podemos entendernos y ayudarnos. Y los verdaderos profesionales, psicólogos, especializados en muertes traumáticas, serán de gran ayuda.
Dulce, María Luisa, padres de Irene… me ha gustado mucho volver a veros.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
El primer cuento que escribí, se lo imprimí y dediqué a mi Psicóloga, Carmen Galván, la persona que me ayudó a llorar y a inventarme la vida. Este post también esta dedicado a su labor.
En mis blog podéis encontrar enlace a ALAIA y a otra asociaciones de duelo, y en la sección de duelo, películas, blogs y libros que ayudan.