La joven de mi artículo «morir sola», se llamaba Edurne, tenía 19 años, mejor dicho, no llegó a cumplir los 19 años, el domigo 26 de Agosto era su cumpleaños.
Cuando escribí esa carta «morir sola», no sabía la cantidad de coincidencias que tenía esta nueva muerte con la de mi propia hija.
Edurne viajaba en un «Clio», como mi hija, era morena, como mi hija, y era también hija única, como mi hija.
Qué más puedo decir:
«No, no puede acabar lo que es eterno/Ni puede tener fin la inmensidad»
En las orillas del Sar. Rosalía de Castro
Vuestro dolor es mío, porque antes, ya fui yo.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
Publicado jueves, 30 de agosto de 2007 22:14 por FZ_madredHelena