¿Creéis que nuestros hijos saben lo que les queremos?
Yo me he hecho esta pregunta miles de veces. Siempre he pensado que es algo que les debe de importar mucho, a lo largo de su vida.
Primero cuando son pequeños porque es vital para su supervivencia y porque aún no tienen capacidad para saber que, lo que hacemos con ellos, ya es respuesta a esta pregunta.
Después, cuando creemos que son mayores y lo dan por sabido, de vez en cuando, hay que recordárselo.
Nosotros creemos que lo saben, lo damos por hecho y ellos creen que es una obligación y un derecho por haberlos traído a este mundo, pero, ¿A quién no le gusta, de vez en cuando, que le digan “Te quiero”?
Somos más adultos que ellos, se supone y, sin embargo, vamos reclamando “un te quiero” de nuestra pareja, de nuestros hijos, nuestros amigos, e incluso, con diferencia, de nuestros jefes cuando reclamamos que valoren nuestro trabajo.
Pero ¡Cuánto nos cuesta decir “Te quiero”!. Nos avergüenza, creemos que nos hará vulnerables, que se reirán de nosotros, que nos buscarán las cosquillas, etc.
Cuando insistí en ver a mi hija, aunque me recomendaban que no lo hiciera, por cierto, si algún día, ojalá no tengáis que pasar por ese trance, perdéis a un hijo, no os neguéis a verlo. Es necesario y bueno para el proceso de duelo.
Pues como decía, cuando vi a mi hija, mi despedida fue un beso y “te queremos”
Quizás ella ya no me oyó, pero yo necesitaba decírselo, por todas las veces que ya no se lo podría decir, por todas las veces que no se lo dije a tiempo.
Yo creo que no sabemos lo que nos quieren nuestros padres hasta que somos también nosotros padres. Entonces es cuando te das cuenta de lo que se quiere a los hijos.
Pero y los hijos ¿Saben lo que les queremos?
Sólo saben que les compramos todo los que nos piden, que queremos darles la mejor educación, que nos importa si beben o se drogan, que no queremos que les pase nada, pero, si supieran los que les queremos…
Si supieran que nuestra vida se acaba si mueren ellos, si supieran que los que sufren cuando ellos se van somos nosotros, no ellos, si supieran que nuestra vida tenía sentido por ellos, si supieran que cada vez que decimos “no” nos duele más que a ellos, si supieran que son fruto del sexo por amor de los casados (la mayoría) y que ese sexo es más que eso, si supieran lo que les queremos…
Flor Zapata, madre de Helena.
Madre mia flor es que no puedo dejar de llorar.