Ayer se cumplió el tercer aniversario de la muerte de los jóvenes de Argentona: Marc, Alberto y Meritxell
Tres jóvenes que perdieron la vida en un punto negro que, después, afortunadamente ha sido corregido. Pero fue necesaria la muerte de ellos para que se tomaran medidas.
Un caso más como la curva de Juan.
Recuerdo que este caso me llevó a escribir una de mis primeras cartas al director. Y la publicaron. Yo la titulaba “La vida de nuestros hijos”. “El Periódico” lo tituló “Otro punto negro”, aunque ahora ya no funciona el enlace.
Mi recuerdo para los familiares de estos jóvenes, especialmente para los de Marc.
Algo se ocultó para siempre
un rostro, un corazón, unas manos que sabían tocarme
y jugar con mis miedos demasiado deprisa
y se ocultó debajo de la tierra
en esa niebla profunda en donde brillan las raíces
como almas que está esperando aparecer
para volver a encontrar sus viejas habitaciones
algo con lo que recordar
que no pueden rendirse todavía a la evidencia
de que la tierra nunca miente
cuando oculta todo aquello que nunca devuelve
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.