Una mañana con el Coronavirus

Castillete del pozo Calvo Sotelo, Puertollano. Ya no existe.

Algunos de vosotros ya sabéis que durante mi niñez viví en una mina. Ya, no es que viviera dentro de la mina, por supuesto, estaban las instalaciones de la mina, y seis casas donde vivían profesionales de la mina para que las incidencias que se pudieran producir durante las 24 horas, estuvieran cubiertas .

Mi lugar de juego era el campo y los alrededores del pozo de mina, cuando el guarda se despsitaba.

En la actualidad, con la situación que estamos viviendo, dicen que soñamos mucho. Yo lo hago siempre, no solo ahora, pero esta mañana, cuando he despertado, no me he acordado de lo que he soñado, la sensación que he tenido ha sido un recuerdo muy placentero.

Os voy a contar una historia de mi infancia con los ojos de la niña que era en ese momento .

Mi padre era maquinista de extracción de una mina de pizarra bituminosa en Puertollano. Allá por el año 1962 se produjo una huelga de mineros, que se conoce como «la huelga de los 30 duros».

Los mineros ocuparon los alrededores de las instalaciones de la mina, resistiendo durante días, a la intemperie o refugiándose en pequeñas chozas que hacía con lo que podían, algunas teniendo como respaldo las paredes de las seis casas en las que vivíamos. Esta huelga se producía en un momento de la dictadura en la que las huelgas estaban prohibidas.

Para los pocos niños que vivíamos en esas casas (creo recordar que éramos en total nueve, pero con edad para que nos enterásemos o que lo podamos recordar, solo quizás tres con edades entre siete y nueve años), aquello era una novedad en nuestra vida solitaria.

Nuestro paisaje diario era campo, y la mina. No teníamos colegio. El pueblo quedaba a tres kilómetros. Solo veíamos a algunos mineros, cuando entraban en su turno, andando, o los más privilegiados en bicicleta, o cuando salían con la cara ennegrecida y algunos todavía con su casco. El sonido de nuestra vida era el ruido de los pájaros, el de las torvas cuando caía el mineral a los vagones, o la sirena para los cambios de turno.

Durante esos días de huelga, nos mezclábamos con los mineros, nos asombraba ver tanta gente a la vez, los chamizos que trataban de hacerse con los que podían, lo que se cocinaban o lo que le traían algunas de sus mujeres .

Era nuestra diversión. Nos contaban historias, se metían con nosotros haciéndonos de reír.

Y nos llamaba la atención la cara de preocupación de nuestras madres. No eramos consciente de lo qué estaba pasando, ni del peligro que corrían estos hombres en aquella época.

Y esta situación se mantuvo durante días.

Una mañana, mi madre me despertó con la dulzura que lo hacía siempre y me dijo: venga cariño, despierta que ya ha pasado todo.

Lo que había pasado es que la Guardia Civil llegó, dispersando a los mineros, dando palos, haciendo retenciones y acabando con esa huelga, que después dio sus frutos

Aquella mañana, cuando me asomé al exterior, no puedo llamarle calle porque no era ni siquiera una calle, por el suelo estaban esparcidos los pequeños enseres que habían tenido durante esos días de huelgas. Palos, maderas, cartones y todo aquello que les servía para cubrirse, quedó esparcido por el suelo. Alguna sartén o cazo y prendas de ropa.

Con mi corta edad, solo podía entender que habían desecho nuestro escenario diferente, porque no conocíamos ni jamás habíamos vivido una guerra. Para mi madre había sido un momento de violencia que trató de que yo no viera ni recordara. Solo me dijo: han dado muchos palos.

Pero yo solo recuerdo un bonito despertar y la voz de mi madre diciendo «Venga, despierta, ya ha pasado todo».

Y esta mañana, me hubiera gustado despertarme y haber escuchado esas mismas palabras.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor borracho.

Gracias a Diario de la Comarca de Puertollano, donde encontré el vídeo.

www.quieroconducirquierovivir.com

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Acerca de Flor Zapata

Desde Abril de 2005, soy Flor Zapata, madre de Helena. Ese es mi pie de firma desde que escribo para concienciar sobre los peligros de una conducción no responsable.
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