En estos días, han sido muchos los que se ha acordado de mí al leer la historia de las Esquelas a Elenita. Hace 23 años que murió Elena Lupiañez Salanova, y su marido, cada año, publica una esquela que son verdaderas cartas dirigidas a su mujer, con amor, humor, y contándole cómo siga aquí la vida.
Y todos los que se han acordado de mí ha sido por la publicación de nuestras esquelas sobre Helena.
Una de ellas, la que publicamos en el primer aniversario, siempre he dicho que fue la mejor campaña que podría haber hecho la DGT.
Esa esquela salió en todos los medios de comunicación, prensa y televisión, y a ella han recurrido las redes, revistas del motor, periodistas, profesores de educación vial en sus charlas, y hasta curas en sus homilías. Y muy recientemente, un libro de Jordi Moltó y Juan Herrera, titulado «Marca España», también ha recurrido a ella, aunque ha omitido los apellidos. Que digo yo, que bien podían haber contactado conmigo para comentármelo. Mi contacto es público en un montón de sitios. Aún no tengo el libro, solo lo sé porque una amiga me ha informado de ello. Espero que lo hayan tratado con respeto.
Yo hubiera querido seguir publicando una esquela cada año, o al menos, en su décimo aniversario, pero el padre de Helena no está de acuerdo. Por eso, y a través de mis blogs, cada año yo hago su recuerdo, y todos los finales de año una carta resumen de cómo ha sido el año.
Claro que solo lo leerán los que tienen conocimiento de estos blogs, no los que leen un periódico. Por eso me ha hecho especial efecto el gesto de cariño de José Luis Casaus. ¡Cuanta ternura y recuerdo hay en esa esquela!
Igual que la denuncia sobre los siniestros viales que existe en la de Helena.
Siempre digo que las esquelas más dolorosas son las que publican los padres que pierden a sus hijos, pero también las hay de hermanos, y cada año.
Helena y Elena, muertas en distintas circunstancia, están unidad, también, por una esquela. Nuestra forma de decir que serán eternas.
Un abrazo, José Luis Casaus. Mientras puedas, sigue escribiéndola. Ya sabes lo que dice el poema de Miguel Hernández, «Carta»:
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.
Querida Flor, gracias nuevamente por no olvidarte de mi querida hermana, has de saber que la mamá de Lurditas partió con ella el 15 de febrero, tras un inmenso sufrimiento a raíz de la perdida de su hija, la estaba esperando. Intentábamos expresar en nuestras esquelas en lo que se convirtió nuestras vidas tras la perdida , en un mal llamado accidente de tráfico, de nuestra hermana y no había palabras para reflejar el desgarro de nuestro corazón. Creo que si ahora están juntas, no vamos a mostrar nuestro doble dolor, el vacio ya sabes tú que es infinito. Un beso muy fuerte