Todo en esta vida es subjetivo, pero si hay algo muy subjetivo eso es «El Dolor».
Si el dolor es físico, nadie puede saber cuánto te duele más que tú y cómo explicar a alguien lo que te duele. Pero si el dolor Psíquico…
Si existen los dos, uno de ellos pasa a producir el otro y así los dos se unen, se entremezclan, se superponen y llega un momento que no los puedes separar.
Pero lo peor de todo es la soledad del dolor.
El físico, sólo la persona que lo está sufriendo lo puede tener, el resto de personas intentarán darte consejos o aliviarte con su compadecimiento: «tomate una aspirina, ve al médico, pobrecito», pero a nadie le puedes traspasar un poquito.
Si el dolor es por la perdida de un ser querido, la soledad del dolor es aún mayor. Ni siquiera puedes compartir con tus familiares más allegados, porque ellos también están llenos de dolor.
Ellos no te pueden consolar, ¿Quién les consuela a ellos?
No lo puedes hablar con ellos, ¿Quieres producirle más dolor?
Al final, te refugia en la soledad del dolor, para sufrirlo.
¡Qué impotencia!, ¡qué dolor!, ¡qué soledad!
Qué dolor pensar que cada día otra persona caerá en ese dolor y que no podrás hacer nada, porque sólo esa persona lo tendrá que pasar, nadie lo pasará por ella.
Sólo te queda que, al menos, tu comprendes ese dolor, porque tú ya lo has sufrido o lo sufres. Sólo te queda la comprensión, pero tú te quedas en tu soledad y la otra persona en su dolor.
Esto que parece un juego de palabras, es una profunda reflexión, de lo que siento, de lo que he sentido, de la impotencia que te da el no poder hacer nada por la otra persona que sufre como tú, de pensar que nadie sufre en cabeza ajena y de nada le servirá tu dolor.
Cuando escribí la frase «vuestro dolor es mío, porque antes lo sufrí yo», sabía lo que me decía, lo que no sabía es que muy poco podría hacer por aquellas personas que llegaban nuevas a esta soledad del dolor.
Por eso, quizás lo único que hago o puedo hacer al escribir este comentario es poner a las personas sobre aviso, para que no les llegue por sorpresa, como a mi me pasó. Pero esto también me produce mucho dolor.
Por eso sufro por Violeta. Porque ella leía mi blog, les habalaba a sus hijos sobre los peligros que podían correr.
Y por eso, hago lo posible, porque Violeta no sufra sola su dolor.
Publicado martes, 27 de febrero de 2007 21:36 por FZ_madredHelena