Parece que en esta vida nadie es imprescindible y para ello tenemos el refranero popular lleno de dichos alusivos a este tema.
Y es muy real, pero también es real que «en una vida hay muchas vidas», frase que repetía mi suegro, y que ninguna vida ya es igual cuando se va o te arrebatan a un ser querido.
La enfermedad, causa de muchas pérdidas, y con la que sólo podemos arremeter con rabia e impotencia, a la que no podemos reclamar daños ni indemnizaciones, nos hace, a veces, desear la muerte de ese ser querido como liberación del sufrimiento del mismo e incluso del propio.
Pero nos da un margen para despedirnos e irnos adaptando al dolor.
Pero mi vida sin ti es muy difícil.
Si aquellos que son causa y motivo de quitar la vida a otros fueran conscientes del dolor y sufrimiento que provocan, se morirían ellos también.
Después de dos años, los recuerdos siguen produciendo mucho dolor, más que sensación de bienestar y disfrute por poder haberlos vivido. Cada rincón de la casa, cada cosa, cada prenda, cada olor, es un pinchazo en el corazón y cualquier actividad por muy simple que sea, remueve el viento del recuerdo y lo invade todo.
Pero la vida sigue, así te lo recuerda todo el mundo, y comes, ries, lloras, sales, entras, compras y todo parece olvidado y la vida sigue su aparente curso. ¡Qué falsedad! ¡No lo creáis!
Helena y yo siempre íbamos de compras juntas. Si las compras iban destinadas a mí, ella siempre finalmente se compraba algo y decía «ya he pescado algo» y tú que te pensabas y requetepensabas comprar ese vestido bonito, pero caro para lo que pensabas gastarte, volvías sin él, pero tu hija volvía con algo nuevo.
Cada vez que entro en un probador me pongo a llorar y no es por verme con 15 kilos de más. ¡Qué vida!, ¡Qué insulto!, ¡Cuánto más dolor tienes, tu cuerpo se desborda como si la felicidad te hiciese engordar! Me pongo a llorar, porque me falta la presencia de mi hija diciendome, «cómpratelo, te queda bien» o «déjame que me mire yo, me queda bien ¡verdad?, ¿me lo compras?»
¡Qué difícil es mi vida sin ti! ¡Qué dificil es nuestra vida sin nuestras hijas, ¿verdad Violeta, Isabel, Mª del Mar, Mª Dolores…?
Pero, quien nos vea dirá, están muy bien. Demasiado bien, porque estamos muertas.
En el 2 de Julio de 2007. El 29 aniversario. El tercero sin ella.
Cuando escribí Mi vida sin ti, no tenía ni idea de que «La Oreja de Van Gogh» tenía una canción con este mismo título:
«…vamos a querernos
toda la vida
como se quieren la noche y el día
cuando hablan de ti
vamos a querernos
en cualquier vida
por que prefiero dejarme morir
que estar sin ti …»