Carta a los padres de Michelle, Nerea y Ana Raquel, la niñas de Fuensalida

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Queridos padres y madres de Michelle, Nerea y Ana:

Hace poco más de nueve años yo me encontraba en la misma situación que vosotros, perdía a mi única hija por la acción de un conductor borracho. Y en este caso, puedo llamarle directamente «borracho» porque el índice de alcohol de la persona que arroyo el coche de mi hija era de 1,07 y 1,08.

Ocurrió en una autovía  (M-607), quiso adelantarla pero se la llevó por delante, no se cambió de carril, en su estado,  se pierde la visión y las medidas.

Por ello, sé por lo que estáis pasando.

Quisiera poder mandaros consuelo, pero no lo hay. Solo el tiempo os ayudará a aprender a vivir con ello.

Aunque quieres morir, no te mueres, y la naturaleza te amarra, te enreda, te fija a esta vida que nos ha tocado vivir.

Puede que en algún momento tengáis sentimiento de culpa. Es el sentimiento de culpa que nos queda a los padres por sobrevivir a los hijos.

Tendréis un mar de sentimientos, ninguno agradable, todos dolorosos e insoportables. Querréis morir, pero no se muere. Habéis comenzado vuestro «Duelo»

Encontraréis la forma de sobrevivir. Cada uno encuentra esa forma, y, sobre todo, haced que el recuerdo de ellas no se pierda.

La que subscribe esta carta lo consiguió dedicándose a escribir para concienciar sobre los peligros de una conducción no responsable, y tratando de compartir el dolor, porque el dolor compartido no es menor, pero es más llevadero. Otros se dedican a hacer obras de solidaridad. Otros se refugian en la religión. Cualquier cosa vale para sobrevivir.

Si tenéis más hijos tendréis que sacar fuerza de flaqueza para seguir adelante por ellos y para ellos. Y aunque todos estáis heridos, cada uno deberá cuidar sus heridas y vosotros los padres doblemente, porque aunque ahora está todo muy reciente, pasado un tiempo tendréis que ocuparos de esos otros hijos, para que un día no os digan: «Tu perdiste una hija, pero yo he perdido una madre o un padre.

Cuidaros. Buscad ayuda, física y psíquica. Recordad los momentos felices vividos con ellas. Y manteneos unidos, pero cada uno con su dolor.

Quiero haceros llegar mi solidaridad y mi historia  de supervivencia, por si os pudiera ayudar o aportar un hilo de esperanza.

Vuestro dolor es también el mío, porque antes ya lo sufrí yo. Por eso, os comprendo y os siento. Un fuerte abrazo solidario.

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, que murió por el alcohol que ella no tomó.

www.quieroconducirquierovivir.com

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Acerca de Flor Zapata

Desde Abril de 2005, soy Flor Zapata, madre de Helena. Ese es mi pie de firma desde que escribo para concienciar sobre los peligros de una conducción no responsable.
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