«…Un evento en el que, por negligencia de unos y otros, falló todo lo que podía fallar, hubo inactividad criminal por parte de todas aquellas personas que tenían que haber velado por la seguridad, y se produjo el trágico resultado que todos lamentaron pero ninguno previó y mucho menos evitó». El juez Eduardo López-Palop.
Hoy, cuando leía esto en un periódico, no he podido por menos que recordar la frase de la dedicatoria de este blog: por las acciones de otros, por las omisiones de tantos, por la culpa de todos. El periodista lo titula Una tragedia que nadie previó y menos aún evitó, y el magistrado dice que «codicia, negligencia, actuaciones temerarias, y dejación de funciones» causaron la muerte de las cinco jóvenes: Belén, Teresa, Cristina, Katia y Rocío.
Lo que decía yo, por culpa de todos.
Pero después de haber 16 imputados, echo en falta alguna figura política. Sí, el inspector jefe de la policía, pero es el único y casi más por haber permitido el botellón en las puertas del Madrid Arenas que por cualquier otra cosa.
Nadie relacionado con el ayuntamiento. Ninguno de los que dimitieron porque se rumoreó que iban a ser imputados. Nadie. Se queda todo reducido a que el Ayuntamiento (propietario del Madrid Arena) es el responsable civil subsidiario. ¡Estaría bueno!
Y ahora, a esperar el juicio que será dentro de más de un año, y donde más de uno se irá de rositas. Y por supuesto, nadie de esos 16 imputados, puede saber el dolor de esas cinco familias. Ni el resto de responsables que son más de esos 16 imputados. Nadie que no ha pasado por la muerte traumática de un hijo, sabe como afecta, cómo marca, cómo destroza nuestras vidas.
Ninguna condena, ninguna indemnización, les devolverá la vida. Ninguna condena será suficiente. Y el paso del tiempo tampoco curará nada.
Mi solidaridad con las familias, Isabel, Ángel… esto solo acaba de empezar. Un fuerte abrazo.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por culpa de un conductor borracho.