Rafael Zapata Juaristi, maquinista de extracción

(Rafael Zapata ante los mandos de la máquina que manejaba por los años cincuenta)

Cuando pensé en el título de este comentario como homenaje a mi padre, fallecido el pasado día 30 de junio, iba a hacerlo como R.Z.J. un hombre del Renacimiento, porque ese es el concepto que tengo de él. Un hombre que lo mismo dibujaba, pintaba, diseñaba, trabajaba la madera, el cemento, la electricidad, fontanería o cualquier otra cosa que fuera motivo de reparación.

Rafael era un Leonardo da Vinci del siglo XX. Y podría haber competido con él en cuanto a sus inventos. Rafael, con mucha imaginación, un matamoscas y un trozo de tela, fabricaba un sistema de desconexión para que en los días de lluvia el sistema de riego, otro tema en el que era y fue especialista, dejase de regar.

Nació en el seno de una familia numerosa y humilde. Tenía siete hermanos y pocas palabras, y esta poca necesidad de hablar, quizás porque a él lo que gustaba era hablar con las manos, es lo que llevaba a pensar que de todos los hermanos era el menos inteligente. Hace poco supe que mi abuelo decía: “cuidao este muchacho que  parece tonto, que no habla, y luego ¡lo que sabe!”. Y Rafael, sin apenas estudio, manejando todas las artes, pero sin recursos, no llegó a la fama del tal Da Vinci pero no le faltaron méritos.

Pero volviendo al tema de mi título, si a Rafael, a Zapata, se le preguntaban ahora por su profesión, y a pesar de haber pasado media vida recorriendo España con una furgoneta, recogiendo maderas para ser clasificadas y calificadas por AITIM (Asociación de Investigación Técnica de las Industrias de la Madera), repito, ahora, cuando el presente y el futuro pierden toda importancia porque solo se recuerda el pasado y nunca el de hace pocas horas para saber lo que se comió, el contestaba que era maquinista de extracción.

Para los que no conocen el mundo de la minería, en estos días también tan de actualidad, maquinista de extracción es aquel que se encarga de manejar los mandos para subir y bajar una jaula, también para los que no lo saben, una jaula es una especie de ascensor, donde van los mineros y el material desde las entrañas del pozo de mina, al exterior o viceversa.

Y como decía, aunque se haya pasado media vida realizando las más diversas profesiones, pluriempleo o profesiones, pues si de algo podía presumir era de ser un trabajador, el seguía diciendo “soy maquinista de extracción”.

Fue el hombre que cualquier mujer querría tener en casa, porque igual te arreglaba un grifo, una persiana o realizaba esa pequeña chapuza. Eso sí, como dice la canción, “nunca fue tierno”. Porque él nunca besaba, siempre ponía la cara, para recibir. De eso se quejaba su mujer, María, eterno pinche de Rafael, al que preparaba mezcla, traía los ladrillos, y le reprochaba si estos no quedaban completamente rectos. María, trabajadora incansable también como él, era demasiado nerviosa para esperar a ver como moría él, y  se fue un año antes. Y María no sabía que antes, a los hombres, no se les enseñaba ni se les permitía ser tiernos.

También fue el técnico, en su pluriempleo de instalador de riegos, que nos habría gustado recibir en casa, porque si visitaba dos casa en ela misma calle, les cobraba la mitad del desplazamiento a cada una de las casa visitadas. Y todos tan contentos, excepto, supongo, su jefe, pero éste ya se lo cobraba con creces ante la generosidad y benevolencia de Zapata.

Y Rafael, Zapata, tuvo muchos jefes y compañeros que le quisieron, admiraron y respetaron, a pesar de su falta de palabras, porque ante todo, Rafael, Zapata, fue un hombre honrado y trabajador.

Para nosotras, sus hijas, fue el mejor padre y sé que sonará como siempre y para todos, pero es que en nuestro caso así lo fue.

Hoy he querido rendirle este pequeño homenaje como padre y como hombre. Un hombre trabajador, honesto, servicial, con valores, que nos enseñó. Y nos hablo de civismo y educación, algo que ahora intentan enseñar a los niños como una asignatura más.

En definitiva, un hombre bueno. Y como dice la canción, aunque nunca fue tierno, nos regaló miles de violetas a lo largo de su vida: las violetas del amor de un padre.

Querido padre, papá, papi, perdóname que te arrancara con desesperación, de forma tan brusca la mascarilla de oxígeno cuando ya no te llegaba. Que intentara cerrarte la boca, inútil esfuerzo, para que no se te quedara abierta. Fuiste el hombre más guapo que he conocido, hasta el último momento. Jamás olvidaré todas las cosas que creaste para mí: el triciclo, el columpio, las veces que me llevaste al cine en moto, o los juguetes que hiciste para mi hija: sillitas, camitas, armarios, la casita de piñata… o aquella noche víspera de mi actuación en el teatro, cuando te presentaste en casa con peinetas, collares, abalorios que habías alquilado para adornar mi traje de baile, ese baile que tú mismo me prohibiste seguir practicando cuando decías que ya era mayor para realizarlo sin ir a una academia, y tú no me lo podías pagar.

Gracias, papá, por todo lo que nos has dado. Descansa en paz.

 

Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, hija de Rafael.

 

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Acerca de Flor Zapata

Desde Abril de 2005, soy Flor Zapata, madre de Helena. Ese es mi pie de firma desde que escribo para concienciar sobre los peligros de una conducción no responsable.
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9 respuestas a Rafael Zapata Juaristi, maquinista de extracción

  1. Julia dijo:

    Me ha encantado flor, es precioso este regalo para tu padre; pero también para los que no tuvieron la suerte de conocerlo.
    Debo confesarte que en estos momentos he conocido realmente quien era mi tio Rafael, al que no le gustaba besar, pero si ser besado. Eso sí lo sabía, como sé que detrás de ese hombre que no era cariñoso se escondía un buen hombre honesto, trabajador, y sobre todo un gran padre.
    Muchas de estas facetas no las conocía, y reconozco que me han emocionado. Desde ese día en que tu padre, mi tio nos dejó, no dejo de pensar en qué felices tienen que sentirse los tres juntos de nuevo.
    Un abrazo grande que llegue hasta ese lugar en el que seguro estarán velando por vosotras sus hijas.

  2. Virtu dijo:

    De pocas palabras, pero de muchos hechos, de maravillosos hechos. Sólo hay que conocerte a ti, mi querida Flor, para comprender el buen padre que fue el Sr. Zapata.
    Quizás si fuera de nuestra época seguiría siendo de pocas palabras, pero quizás las plasmase aquí, en internet, y nos dejase conocer todo ese mundo de palabras sabias, que a buen recaudo guardó. Quién lo pudiera saber…
    Descanse en paz Sr. Zapata. Su hija queda huérfana pero no le faltará cariño, empezando por el mio, que le tengo, y siempre le tendré.
    Un fuerte y tierno abrazo Flor. Siento mucho esta gran pérdida.

  3. oliva rodriguez gilibert dijo:

    flor es precioso me quedo sin palabras y sin letras. te mando un abrazo fuerte

  4. soledad madre de enrique dijo:

    Hola Flor, precioso todo lo dicho ,nos imaginamos con tus palabras que es un padre maravilloso. Mi padre falto hace 15 años. y cuando tube a mi hijo Enrique no teniamos claro que nombre poner , pero al ver la cara de mi padre llorando de alegria ,(la primera vez que veia a mi padre llorar ) le puse ENRIQUE como se llama mi padre. Un fuerte abrazo amiga del dolor.

  5. Que hermosas palabras de una hija a su padre, a un gran padre…Ves, hasta eso tenemos en común, un padre que con sus manos y su poder de creación son capaces de elaborar nuevos inventos que mejoren la vida de las personas. El mío, un ebanista de 83 años que todavía sigue en danza con varios infartos, by- pass y a pesar del dolor de perder esposa, nieta, hermanos y padres.
    Recuerdo el gran cabreo que pilló cuando una vez, siendo yo un mañaco, me fui al taller y solito enchufé un gran aparato de sierra que me hubiera despedazado sin remedio. Se acercaba en bicicleta que parecía que volaba.
    Que recuerdos…¿verdad?.
    No me cabe duda que las hijas del Sr. Zapata han estado a su lado hasta el último momento y, a pesar de todo él estaría muy orgulloso de sentirlas a su vera.
    Quiero pensar que ahora Rafael se encuentra junto a María y Helena, y juntos seguirán guiando los pasos terrenales de aquellos a los que amaban y seguirán a mando por siempre.
    Un millón de abrazos, amiga.

  6. Carmen dijo:

    Pues eso Flor,todo eso te ha quedado de el.Pudiste estar con el asta el final,el cumplió su ciclo de vida,a nuestros hijos no les dejaron.Ojala estuviera equivocada y existiera algo mas después de esta vida.Ahora estarían todos juntos.
    Besos GORDOS amiga

  7. Carmen dijo:

    Querida Flor, no conoci personalmente a tu padre, con la descripcion que has hecho, no cabe duda el gran legado que os ha dejado. Siempre, recordaré el bonito cine de verano que me encantaba y que echo mucho de menos…y tambien los pericones, esas florecillas que se cerraban por la noche, y que tu hicieste una breve reseña un dia..y tal vez, de las veces que venia tu padre a ayudar a proyectar la pelicula que ese dia veríamos, cuantas…y cuantas veces…habria recorrido ese pasillo central, hasta llegar al cuarto donde se proyectaba la pelicual….sin conocerlo, siempre tendre en mi recuerdo a la persona que nos hizo felices en mas de una ocasion.
    Gracias Flor, por tus preciosas palabras y por compartir tus sentimientos. Un abrazo, y un beso para el cielo…
    Carmen-madre de Ruben

    • Flor Zapata dijo:

      ¡Tienes razón, Carmen! me había olvidado de esta otra faceta de mi padre, el de echador de cine, y su amor al cine. Me viene el recuerdo del olor de los pericones del cine de verano. Yo sentada en la silla de hierro y él en aquella casa con agujeritos por donde salía la luz. Toda su vida se la pasó con una máquina entre las manos, fuera de la clase que fuera. ¡Qué tiempos! Gracias, por recordármelo. Un abrazo, paisana.

  8. Flor Zapata dijo:

    ¡Qué comentarios tan bonitos! Gracias, amigos y amigas. Besitos. Flor, madredHelena.

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