Dos madres, María Mercedes y María Delfina, y sus dos hijos, un niño de 8 años y una niña de 1, murieron en la Nacional 340, a la altura de Artafulla, Tarragona. Eran vecinos de Torredembarra.
Todos estos datos los he sacado de los periódicos, como es natural, porque la única afinidad con ellas es que la zona donde ocurrió me trae muchos recuerdos de infancia, aunque mi paso por esas carreteras era cuando eran simples carreteras, muy colapsadas porque eran la única vía y solo tenían un carril en cada sentido. Recuerdo haber ido y pasado muchas veces por Altafulla y Torredembarra para llegar a Roda de Bará.
Ahora, con las vía mejoradas, se producen más accidentes. Según algún periódico, este punto dónde estas madres se supone que han tenido una confusión o un despiste, cuenta con ser un punto negro con alto riesgo de siniestralidad, ya que hay una señalización que puede inducir al error de invadir el carril contrario. Y el kilómetro 1.172 de la carretera nacional 340, donde se produjo el fatal accidente, tiene un largo historial de siniestralidad. En ese punto se alcanza el desvío a la autopista del Mediterráneo y la señalización para acceder a la vía rápida está algo confusa y los carteles pueden incluso hacer pensar que el carril contrario conduce a la AP-7. Hasta el punto que este es uno de los puntos negros identificados por el informe Eurorap sobre siniestralidad. En el mes de enero pasado, dos personas murieron en otro accidente similar y en el mismo lugar y también por invasión del carril contrario.
Pero, sin embargo, lo que aparece en todos los diarios es que los niños iban sin cinturón. ¿Y se habrían salvado aunque lo hubieran llevado puesto? ¿Pero han visto la fotografía del estado del coche debajo del camión?
Es cierto que el ciudadano tiene que poner todo su empeño en evitar los accidentes, por la cuenta que le tiene, pero qué hay de las trampas que ponen todos los demás, empezando por las administraciones.
¿Por qué no ponen las señalizaciones fáciles de entender, ver, leer? A veces, incluso llevando un copiloto que suma sus ojos a los del conductor, es imposible ver tantas señales. Menos mal que la mayoría de los conductores hacen casi siempre el mismo recorrido y se saben de memoria las señales, curvas y baches que tienen las carreteras por las que pasan.
Este fin de semana este accidente es el que más me ha impactado. Por los recuerdos que me trae. Porque eran madres. No sé si habrán dejado más hijos. Porque, si se confirma el despiste, una vez más es un accidente que podría haberse evitado. Porque si las noticias son correctas, ya son muchas muertes en un mismo punto.
¿Cuándo serán castigables los responsables de trazado, diseño, mantenimiento, señalización de los puntos negros?
Queridos familiares de estas nuevas víctimas, vuestro dolor es también el mío porque, antes, ya fui yo.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.