A veces se me olvida que es 17 pero nunca que es 18. Y siempre lo he dicho, el diecisiete fue la noticia y era increíble. No, no podía ser. Cuando viera el cuerpo de mi hija les diría: ven, se han equivocado. Esta no es mi hija. Pero el dieciocho la realidad mostró su cara más cruda y lo increíble, impensable, se convirtió en realidad. Quizás sea esa la explicación de que mi reloj biológico, cada mes, se para en el dieciocho.
Hoy, Helena, tenía unas calas nuevas. Calas que yo no había llevado. A veces, las lleva la madre de Nuria, porque la abuela de Nuria está muy cerca. No sé quién habrá sido esta vez.
El cielo se vistió de rosa
de azul y brisa de mar,
veinte calas tan hermosas
como su dulce mirar
esperaban su llegada
al reino de nunca jamás.
“Amanecer”
Julia Zapata
Mi querida hija. Mi hijita.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
Publicado domingo, 18 de julio de 2010 18:03 por FZ madredHelena.