Las playas de Vera, Almería, fue un paraíso que descubrieron hace muchos años los nuditas y naturistas de toda Europa. Después, llegó el ladrillo y los nudistas se vieron obligados a compartir playa con el área textil, pero no pasa nada. Desnudos y vestidos se mezclan, pasean y disfrutan de un lugar, que a pesar de haber dejado de ser completamente virgen, no tiene edificaciones de más de tres alturas.
Han pasado 15 días de la riada de Vera, Almería, y ya casi ningún medio habla del desastre que aquí se ha habido. Tampoco ha habido una llegada masiva de voluntarios para quitar barro como sucedió con el chapapote. Quizás porque piensan que esto no es un bien común sino algo de lo que solo se benefician aquellos que tienen aquí su apartamento para alquilar o su segunda residencia.
De hecho, algún lugareño puede dar esta justificación, y también los hay que dicen que ninguno del pueblo tiene una casa en el lugar más afectado, Pueblo Laguna, porque ellos saben que ese es un lugar de muerte.
La riada producida por el río Antas ha transformado el paisaje de la playa de Vera y, además del destrozo en casas y negocios, ha partido en dos la playa. Ahora, un brazo de mar entra en la zona del río, o mejor dicho, por fin el río puede desembocar en el mar.
Con el tiempo es probable que todo vuelva a su normalidad. El ayuntamiento limpiara las playas ahora llenas de cañas, árboles, tuberías, etc. La junta o a quien le competa tendrá que dar una solución al cauce de ese río que ya ha producido tres riadas, algunas mortales. Y los afectados, conseguirán sacar todo el barro de sus casas, aunque entre él se irá más de un recuerdo. Los que no conseguirán recuperarse son aquellos que han perdido la vida o los que habían invertido sus ahorros y se habían instalado aquí para pasar los últimos años de su vida con una jubilación escasa.
Ahora, dicen que los culpables son los ecologistas que nunca dejan limpiar ni tocar nada, y esa desembocadura del río llevaba mucho tiempo sin limpiar. Pero yo creo que los verdaderos culpables son los que después de dos riadas, en el 73 y en el 89, recalificaron terreno de inundación como terreno urbanizable. (Ver informes del Miguel Ángel Losada, Catedrático de ingeniería hidráulica y visitar portalmazora.es, un magnífico informe de toda la problemática de esta zona desde sus inicios.
Por los comentarios de algunos lugareños pareciera que no saben que son muchos los pueblos, ayuntamientos y vecinos que viven de estas personas que huyen de países más fríos para pasar sus últimos días al cálido sol del invierno. De personas a las que les gusta este lugar para pasar su vacaciones. O de los que vivimos de buenos recuerdos porque pasamos momentos mejores cuando nuestras vacaciones eran felices y completas.
Helena, que pasó quizás sus mejores vacaciones en estas playas, se asustaría de ver lo que ha hecho la naturaleza en ellas. Perdón, de lo que ha hecho el hombre a la naturaleza.
Sirva este post como denuncia y homenaje a aquellos que han perdido algo más que lo económico: la vida. Y nuevamente, la dedicatoria de este blog se cumple perfectamente: por las acciones de otros, por las omisiones de tantos, por la culpa de todos.
Me acabo de dar cuenta que el título de este post es también el de una canción (A mi vera, de Juan Peña) y la letra de una canción que habla también de mi pena: “a tu vera, siempre a la verita tuya, siempre a la verita tuya, hasta el día en que me muera…” Pero la vida que nos junta también se encarga de separarnos.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.
Amiga hermana hermosa… Emocionantes y justas palabras. Me enorgullece ser tu amiga, Flor querida… Y Helena está, uyyy, requete orgullosa de su mami, sin duda alguna.
A tu vera… ¡Cuántas veces cantamos esta canción y cuánta paz nos seguirá entregando al sentir la certeza de que van a nuestra vera con su sonrisa, con su mirada y su paz de siempre, llenitos de luz!
Un abrazo azul llenito de paz para todas las familias y grupos de amistades que llevan el dolor de la muerte a cuestas… siempre con nuestros amados seres de luz.