Como cada año y desde 2005, el tercer domingo de Noviembre se conmemora el “Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico”, según lo estableció la Organización Mundial de la Salud. Pero este año, además, se llena de eventos, celebraciones y conmemoraciones en muchos lugares de España. Cada vez más.
Al principio fue solo la asociación Stop Accidentes, pero han surgido otras asociaciones y otras que anteriormente colaboraban con ésta, se han emancipado totalmente y tienen celebraciones estos días.
Así sucede con “Vida en la Carretera”, asociación de afectados por la violencia vial, a la cual pertenezco, en la que la mayoría de sus integrantes fueron los responsables de que el día de las víctimas se hiciese visible en el Retiro, desde hace años, llenándolo de cruces blancas y nombres:
Y el año pasado con corazones partidos llenos de nombres y fotos:
Este año “Vida en la Carretera” lo celebra por primera vez en Coslada.
También una asociación de muy reciente creación, Lola Velayos “No más vidas rotas”, conmemora este día en Segovia.
Pero hay otras asociaciones, que no son de víctimas, pero que se encuentran implicados en la disminución de víctimas y en la enseñanza de la seguridad vial que también conmemoran este día con actividades especiales, como es el “paseo en bici” que ha preparado Seguridad Vial de Mairena de Aljarafe, con mi amigo Eduardo Barrero al frente, y que patrocina un centro comercial.
O como las jornadas Técnicas de Educación y Seguridad Vial que inicia justo al día siguiente de las víctimas la asociación ATESVEX, los días 19 y 20 en Badajoz y a las que tengo el honor y placer de haber sido invitada.
Pero el día 25, nuevamente, hay otra celebración por las víctimas: La carrera Ponle Freno
Y me encuentro feliz, porque todas ellas han adoptado el lazo naranja de las víctimas. Ese lazo que un día ideé y pensé que debía identificarnos y que ya es “El lazo de las víctimas”. Más allá del logo de cada asociación. Un lazo naranja, que se hiciese tan famoso como el rojo del Sida o el rosa del Cáncer. Porque por número de víctimas somos tan numerosas como esas otras enfermedades producen.
Han sido siete años colaborando con asociaciones, ayudando y aportando ideas. Asistiendo a jornadas sobre seguridad vial. Poniendo voz como víctima y rostro a ese número frío de cifras. Pero sobre todo, intentando sobrevivir y que la muerte de mi hija, Helena, no fuera una muerte absurda y en vano. Exactamente lo mismo que llevan años haciendo otras personas afectadas.
Este año que hay tantas celebraciones, y que mis circunstancias personales no son del todo las mejores, me siento dividida. Porque me gustaría estar en cada una de ellas. Porque cada una tendrá ese lazo naranja. Porque a cada una he hecho mi pequeña aportación: aconsejando, arropando, colaborando, criticando. Y porque estoy segura que en cada una de ellas el nombre de Helena va a estar presente, porque en algunas de estas conmemoraciones se leerán “Los cuentos del Hada Helena” y hasta se repartirán unos marcapáginas con consejos de seguridad vial del “hada Helena”.
Si queremos que esta pandemia del siglo XX, y que se extiende al siglo XXI, no siga creciendo y sí disminuyendo, éste es el mensaje que debemos pasar: Todos Implicados, todos comprometidos.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor con alcohol.
Besos GORDOS . AMIGA