Luis Mateo Díez ha escrito un libro sobre la muerte de los seres queridos.
Quizás a alguno os sirva. Él dice que es un libro nacido para el consuelo. Se titula «Azul serenidad»
Yo no tengo ganas de leer nada, porque nada me consuela. No he llegado a ese estado de serenidad, pero sí estoy de acuerdo con él en que «en el propio acto de contar puede haber algo de consolador». Por eso escribo en lugar de leer.
Creo que él habla de la muerte de su madre, de su cuñada y de su sobrina. No sé si tiene la desgracia de no tener hijos o la inmensa fortuna de no haberlos perdidos, así es que él no puede saber de nuestro dolor.
Hoy estoy rabiosa.
He maldecido una y otra vez: «maldito seas, maldito seas», sin pronunciar nombre pero poniendo cara. Porque es el causante de todos mi males. Porque me arrebató lo que más quería. Pero de nada servirán mis maldiciones porque la mayor de ellas la recibí yo.
Me pregunto que causó la tristeza de Marilyn Monroe para escribir:
…Ay maldita sea me gustaría estar
Muerta -absolutamente no existente-
Ausente de aquí- de-
todas partes pero cómo lo haría
Siempre hay puentes…
Me pegunto cómo otros podemos soportarlo.
Sí, estamos locas. Pero es de dolor.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.