Caricias

Desde que Helena no está creo que mis abrazos son más fuertes, más sentidos. Me estrecho contra el humano que tengo enfrente, sin importarme si es hombre o mujer y con ese abrazo intento transmitir todo mi afecto.
Desde que Helena no está he aprendido que los besos que no se dan se pierden.
Ahora, siento no haber sido más efusiva en mis manifestaciones. Padezco el remordimiento de haberle negado algunas veces los besos. Cuando estaba enfadaba. Cuando intentaba imponer autoridad. Cuando me desbordaba la falta de tiempo y el mucho quehacer de una mujer de hoy en día.
(Helena pidiendo besos)
Ayer, Manuel Vicent, en su columna dominical, escribía con este título: «Caricias», una columna que me ha recordado los besos de Helena; el gesto que yo repetía una y otra vez en su espalda hasta que se dormía, y le encantaba; o ese mismo movimiento, masaje lento, que mi marido reproduce en mi espalda, intentando relajarme. Os invito a leerlo:
Caricias
MANUEL VICENT 11/10/2009
Frotarse la espalda con la mano cuando la gente se abraza se ha convertido en un gesto social que realizan sobre todo los jóvenes en una actitud cariñosa, suavemente protectora. No existen parejas amigas que al encontrarse o despedirse no se den un ligero masaje en las costillas después de besarse. Tú como hombre ya no significas nada si una mujer, mientras te saluda o te dice adiós, no te frota una y otra vez la espalda. Aunque ese gesto se repite hoy en los momentos en que la gente se siente feliz, se trata de una costumbre que ha salido de los tanatorios y funerales. En la actualidad los polideportivos tienen una función subsidiaria. Su espacio se aprovecha como depósito de cadáveres cuando sucede una tragedia masiva. En el momento en que los familiares acuden allí para reconocer a sus muertos alineados en la cancha se producen escenas de mucho dolor, que captan las cámaras. Hasta hace poco, cada uno remediaba la propia congoja con un pañuelo en la boca a solas en un rincón, pero ahora, después de una catástrofe, a los depósitos de cadáveres llegan enseguida equipos de psicólogos y de asistentas sociales para evitar los desmayos y ataques de ansiedad. Las cámaras captan la imagen de abrazos prolongados en la que se ve una mano del profesional frotando, a modo de caricia, la espalda de unos padres, de unos hijos compungidos. Esa leve frotación de las costillas debe de tener un efecto espiritual, que sirve, tal vez, para liberar la carga negativa acumulada en el cuerpo angustiado o para introducir en él desde otro cuerpo una energía positiva. Ignoro si esa caricia rítmica podría curar otros males, pero sin duda este mundo sería un paraíso si frotándose la frente y la boca del estómago desaparecieran la jaqueca y el hambre, de la misma forma que frotándose el sexo se remedia momentáneamente la libido. Queda por demostrar si no bastaría para superar la crisis económica con que el director del banco te frotara la espalda en su despacho después de negarte un crédito. Este gesto se ha generado en los tanatorios y de allí ha pasado a coronar todos los saraos, por eso puedes considerarte tú mismo el muerto si no encuentras a nadie que te frote las costillas con un poco de amor para despedirse al final del baile.
A pesar de lo que dice  Vicent, yo soy más de los abrazos efusivos y duraderos, casi conteniendo la respiración, escuchando el latido del corazón contrario, en silencio, pero diciendo sin palabras ¡Cuánto lo siento!
Madres, no olvidéis besar y abrazar a vuestros hijos. No dejéis de hacerlo.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.
Publicado lunes, 12 de octubre de 2009 18:08 por FZ madredHelena
Share this:
Share this page via Email Share this page via Stumble Upon Share this page via Digg this Share this page via Facebook Share this page via Twitter

Acerca de Flor Zapata

Desde Abril de 2005, soy Flor Zapata, madre de Helena. Ese es mi pie de firma desde que escribo para concienciar sobre los peligros de una conducción no responsable.
Esta entrada ha sido publicada en Correo sin entregar, Reflexiones, Sentimientos y etiquetada como , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *