Se cumple el sexto aniversario de la pérdida de Edu, hijo de Manuela.
Y así, año tras año, uno a uno, se van acumulando los años de ausencia, las marcas del dolor, que no disminuye, solo se apacigua porque aprendes a vivir con él.
El tito Edu, el ángel con alas amarillas, el dueño de un armario en la tierra, el compañero de correrías de una mariposa, faltará otras navidades, por mucho que queramos imaginar que su silla no está vacía.
…Y el olor a aroma quemado de la noche
es lo único que queda
por ese beso casi a oscuras que se volvió luminoso
el único olor que me da señales ocultas
de lo que ya no puedo ser pero seré para siempre…
“Demasiado Tarde. Manuel Juliá. Sobre el volcán la flor
Un fuerte abrazo, amiga.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.