El mensaje
Tal día como hoy, hace 1 año y medio, en nuestro contestador telefónico, se quedó grabado el mensaje más impactante y menos deseado que pueda existir:
«…Si son Uds. los familiares de Helena Castillo, hagan el favor de llamar al teléfono …»
Este mensaje, que no presagiaba nada bueno y la posterior salida de tono de quien descolgó el auricular del otro lado, una vez marcado el número dejado en el mensaje, (de la que preferimos pensar que no era una persona y que debía pasar por allí),… «es que Ud. no sabe que hace 3 horas que su hija está muerta»…cortó nuestras vidas para siempre. No sólo había muerto nuestra hija.
Dedicado a todas las personas que nos dejaron, sin quererlo, un día 17, de cualquier mes, de cualquier año:
…….
Tú te fuiste por siempre; mas mi alma
Te espera aún con amoroso afán,
Y vendrá o iré yo, bien de mi vida,
Allí donde nos hemos de encontrar.
Algo ha quedado tuyo en mis entrañas
Que no morirá jamás,
Y que Dios, porque es justo y porque es bueno,
A desunir ya nunca volverá.
En el cielo, en la tierra, en lo insondable
Yo te hallaré y me hallarás.
No, no puede acabar lo que es eterno,
Ni puede tener fin la inmensidad.
Mas… es verdad, ha partido
Para nunca más tornar.
Nada hay eterno para el hombre, huésped
De un día en este mundo terrenal,
En donde nace, vive y al fin muere
Cual todo nace, vive y muere acá.
Rosalía de Castro
“En las orillas del Sar” 1884
(Rosalia sabía también lo que es perder a un hijo)