Querida Helena:
El otro día se me acumularon los recuerdos. Había nevado y me trajo a la memoria la primera nevada con que nos acogió nuestra nueva casa, y recordé las fotos que hiciste. Y la añoranza que en estos días se agudiza aún más me hicieron entristecer.
Después, la radio estaba sintonizada, como siempre, en Radio Nacional de España y, de repente, una interferencia trajo una canción: «Esperaré»
Era una versión de Presuntos Implicados. Sí, aquel grupo de «Cómo hemos cambiado», uno de los CD’s que regalamos a papá por Reyes. Esa broma que siempre le hacíamos sobre los regalos con mensaje.
Enseguida pensé que era un mensaje. Uno de tus mensajes en uno de mis días tristes. Ni siquiera pude escribir en ese momento.
No sé si eres tú quien me espera o soy yo la que te esperaré
Esperaré
a que sientas lo mismo que yo,
a que a la luna la mires del mismo color.
Esperaré
que adivines mis versos de amor,
a que en mis brazos encuentres calor.
Esperaré
a que yayas por donde yo voy,
a que tu alma me des como yo te la doy.
Esperaré
a que aprendas de noche a soñar,
a que de pronto me quieras besar.
Esperaré
que las manos me quieras tomar,
que en tu recuerdo me quieras por siempre llevar
que mi presencia sea el mundo que quieras sentir,
que un día no puedas sin mi amor vivir.
Esperaré
a que sientas nostalgia por mí,
a que me pidas que no me separe de ti.
Tal vez jamás seas tú de mí
más yo mi amor, esperaré.
(Armando Manzanero)
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.