(Las calas de Helena, en Chillón)
Seguimos haciendo camino. Caminos ya recorridos. Ahora, sin Helena pero con amigos, nuestras muletas. Bueno yo, además, me acompaño de las de metal, por la pata de palo.
Y en esos caminos recorridos, poniendo cara a contactos de hace algún tiempo, y observando viejos lugares con una nueva visión.
De nuevo, recorrido por Monte Sur y Almagro. Algunos recorriendo calle a calle y yo, de banco en banco.
Y siempre con la ilusión de que los amigos lo pasen bien y disfrute en nuestra tierra. Y encontrando siempre nuevas cosas que le habrían gustado a Helena. Y mirando y observando con los ojos de Helena. Descubriendo siempre alguna nueva cala, y esta vez, muchas amapolas.
Y si la anterior vez descubrimos “Casa Conde Fúcares”, esta vez descubrimos “Hostería Valdeolivos” en Almagro. Un hotel con mucho encanto y un restaurante de lujo para los sentidos. Todo ello aderezado con el trato de personas muy amigables, sin olvidar la profesionalidad.
Gracias, a los que nos acompañan y soportan nuestros momentos de debilidad, de recuerdos y, a veces, de lágrimas, y a los que encontramos en nuestro camino, quizás, quién sabe, por Helena.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.