Estoy haciendo cosas que me producen muchisimo dolor. Destrucción, cajas, separación, cortes, desgarros.
Esto es, ha sido, lo único bueno del día.
Es la carta de una amiguita de Helena que me pide mi dirección para enviarme los dibujos que han hecho sus alumnos:
(Página del cuento «El guardián del ventanal», impreso por la mamá de Diego)
Ayer les conté el cuento que escribiste, «El guardián del ventanal», y hoy han venido varios a clase con dibujos que hicieron en casa diciéndome que quieren mandártelos por correo para que los tengas, que son un regalo para ti, para la autora.
Cada día me sorprenden con algo nuevo estos enanos mios, ¡son increíbles! 🙂 Me hicieron muchísimass preguntas sobre ti y sobre Helena, espero que no te importe que les haya hablado de ello. Ellos mismos llegaron a la conclusión de que Helena está «en el cielo» y cada uno describió cómo se lo imagina (para unos es una nube gigante con play station, para otros algo parecido a su parcela, con muchos muchos perros…).
Su curiosidad nos llevó a hablar de las cosas que ellos hacen para ayudar a sus papás y mamás cuando conducen y de las cosas que podrían hacer a partir de ahora, de qué está bien y qué es impermisible al volante… Sin duda, nuestros pequeños son mucho más críticos, realistas, justos y responsables que muchos adultos…
Me encantaría poder enviarte «sus obras de arte». Están hechas desde el corazón.
Querida Laura: Tu carta, aunque me ha hecho llorar, ha sido un bálsamo para un día muy doloroso.
Gracias, por tu labor. Estos niños serán, en el futuro, concienciados conductores.
Te envío mi dirección.
Un fuerte abrazo.
Flor, madre de Helena.
(Este cuento para Diego está teniendo muy buena acogida entre los niños. La imagen que encontró Cintia y relacionó con el cuento).