Sé que lo que voy a decir o sugerir, hoy en día, no está bien visto por todos, pero a mí es lo que se me ocurre en este momento.
Siempre pienso que algo hemos hecho mal los padres, cuando la irresponsabilidad natural de la juventud nos trae noticias como las de este fin de semana.
La edad lo puede todo, pero, mientras llega la edad, nosotros los padres, que ya tenemos la suficiente experiencia y la suficiente cordura, porque nuestras hormonas ya han superado la meta y han comenzado a descansar, debemos ser los que pongamos los límites.
Cada fin de semana me pongo en el lugar de otros padres y revivo mi fin de semana de hace más de 2 años y no necesito ver a los padres de los que han perdido ha sus hijos, porque yo ya pasé por ello.
Cuando comencé a escribir a los jóvenes quería, intentaba, concienciarlos para evitar el dolor a otros padres, pero según pasa el tiempo, creo que ya no es suficiente el llegar hasta los jóvenes, tengo que llegar también a los padres.
Desde el principio he intentado comprender y defender a los jóvenes, pero ello no me impide reconocer que a pesar de ser natural su falta de miedo ante los peligros, los padres tenemos que seguir controlando, aunque parezca que ya no es necesario.
Aunque al principio tenía el sentimiento de no haberle hecho la vida agradable a mi hija (si pensamos el poco tiempo que ha vivido), pendiente siempre de educar, reprimir, aconsejar, limitar, ahora comprendo que era mi deber y siento también que tuve mucha suerte, porque desde el principio fue una buena chica.
Es muy difícil para los padres estar continuamente encima de los hijos y poner límites, pero si no fuera así. Para saltárselos, de vez en cuando,ya están ellos.
Les queremos tanto, les damos tanto, pero parece que nunca es suficiente, y las consecuencias, cada fin de semana, son desastrosas.
Yo sé que los que nos hemos educado en la represión, la falta de libertad, la autoridad, no queremos eso para nuestro hijos, pero no podemos pasar al otro extremo, ningún control, ninguna prohibición, todo permitido.
No podemos hacerles unos inútiles teniéndoles muy protegidos, pero tampoco pensar que son mayores antes de tiempo. La madurez es cuestión de tiempo, formación y mucha ayuda. Eso es lo primero que hay que intentar, después ya vendrá todo lo demás.
Ejerced de padres, es nuestra misión. ¡Claro que nos gusta ser amigos de nuestros hijos!, pero eso no es posible, nosotros somos sus padres y no os pese sedlo.
Os aseguro que es mucho peor no poder ejercer de padres.
Mi comprensión y dolor para los padres de Gavi, el joven de Virgen de Begoña, muerto en la carretera de El Pardo, Madrid.
Flor, siempre razonas todo con tanta sensatez, hasta hablando del dolor, no dejes de escribir, porque me consuela, me da ánimos, ya que me siento tan perdida, gracias