Hoy, varias noticias, me ponían muy triste. Y, aunque mi estado no es excepcional, me hacían llorar.
Dos noticias de muerte de niñas. Una, con seis años, por la caída de un aparato de gimnasia en un parque, la otra, de año y medio, ahogada, aún no se sabe cómo pero sí por qué.
Y en ambas noticias, tenía la misma sensación de continuidad: “la dedicatoria de Madres sin Hijos”.
…Por la acción de otros,
Por la omisión de tantos,
Por la culpa de todos…
¿Cuántos habrán visto que ese aparato no estaba anclado y no se les ha ocurrido protestar, comunicar, denunciar, el estado en el que estaba. Y, cuántos han visto a un hombre con una niña en la calle, vagabundear, dormir, estar y no han protestado, comunicado, denunciado.
¿Qué nos pasa? ¿Por qué cada uno va a lo suyo y se pone unas orejeras para no ver lo de su alrededor?
¿Cómo un padre secuestra a su hija en el mes de Julio y nadie hace nada por buscarla?
No entiendo nada, no comprendo nada. ¡Qué mundo, Dios!
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.