Reunión de «Madres sin hijos». Dolor compartido

   Publicado lunes, 20 de junio de 2011 19:46 por

Cosas de la madres, que compartimos.

He necesitado tomar un poco de distancia para poder escribir este post porque las emociones me enturbiaban demasiado.

La reunión de “Madres sin hijos, Dolor compartido”, del pasado día 18, en Alcobendas, fue muy  intensa en todos los sentidos. Los sentimientos afloraron de forma natural y creo que esa catarsis sirvió para hacer una pequeña cura.

 

Fuimos más de veinte madres, cada una con su particular pena porque la tragedia, en todas, es demasiado grande, pero puesta en común y con la solidaridad del dolor muchas veces reconoces en la compañera una mayor desgracia.

 

Haciendo un repaso por este día y todo lo expuesto por cada madre llegamos a muchas cosas en común: el mismo dolor, la misma pena, el mismo sentimiento de culpa por seguir vivos. La misma impotencia de no haber hecho, no haber dicho, no haber podido evitarlo

 

Hubo una representación de casi todos los motivo por los que se puede perder un hijo: enfermedad, violencia de género, violencia vial, terrorismo, suicidio y asesinato, y en todos los casos, los sentimientos eran muy similares. Las preguntas se repiten ¿por qué él o ella? ¿Por qué nosotros? ¿Cómo no nos dimos cuenta? ¿Cómo le dejé?…

 

Cuando la muerte es producida por otro vuelcas tu rabia en el causante, en el culpable, cuando es por enfermedad o error médico te preguntas por qué te ha tocado, cuando es por suicidio no ves que es un caso más de enfermedad, una enfermedad no detectada o curada a tiempo y cuando es por terrorismo, aún en este caso en el que la explicación es que son asesinos, te preguntas cómo podrías haberlo evitado.

 

Padres y madres que comenzaron un camino de dolor y que su estado varía dependiendo del tiempo que lleven en ese camino y la distancia recorrida, porque el tiempo no cura pero hay que darse tiempo para curar.

 

Y la justicia, esa justicia a la que tantos padres recurren para tratar de aliviar el daño producido y que tantas veces pensamos y sentimos como injusta, y que al final poca satisfacción produce porque no hay nada ni nadie que nos pueda resarcir de ese dolor.

 

Pero la vida te engaña y te engancha y sigues vivo, sobreviviendo y muchos consiguen canalizar su rabia hacia temas de solidaridad. Me llamó mucho la atención como muchas madres se vuelven aún mejor y más solidarias con la pérdida de un hijo, será porque entiendes más el dolor de los otros, porque sabes de él, y se vuelcan en causas en memoria de sus hijos, esos que, la mayoría de la veces, murieron: Por la acción de otros, por la omisión de tantos, por la culpa de todos.

 

 Una jornada que, a pesar del tema tan arduo que tratábamos, fue gratificante por la cantidad de sentimientos positivos y de cariño entre  los y las compañeras de dolor. Y porque éste se vio, por un tiempo, transformado por la presencia de una persona especial que sin ser madre ni tener una pérdida se unió a nosotras para abrazarnos, decirnos palabras bonitas y acariciarnos con su voz. Se trató de Diana Navarro, esa magnífica cantante que nos dedicó su “Mare mía” a capela y por un ratito nos alborotó y nos sacó del dolor. Gracias, Diana.

Diana y las madres y padres sin hijos.

No sé cómo dar las gracias a todos los que asistieron a esta reunión y a todos los que la hicieron posible, porque sin ellos no habría existido. Especialmente a todas las madres que vinieron desde otras ciudades de España, haciendo un mayor esfuerzo.

 

Pero mereció la pena  porque el dolor compartido no es menor pero es más llevadero.

 

Gracias, madres sin hijos, sois estupendas.

 Flor Zapata Ruiz, madre de Helena.

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Acerca de Flor Zapata

Desde Abril de 2005, soy Flor Zapata, madre de Helena. Ese es mi pie de firma desde que escribo para concienciar sobre los peligros de una conducción no responsable.
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