Era domingo, como hoy. Se había ido a Manzanares, a comer con unos amigos. Comieron con zumo de naranja porque había que conducir. Eran las 4 de la tarde cuando volvía a casa por la M-607.
El conductor borracho que la mató no pensó que no debía beber si iba a conducir.
Hace casi un año encontré entre sus papeles, fotocopias de las letras de canciones de Mago de Oz. Entre ellas, «Réquiem» y frases subrayadas.
Querida Helena, te queremos, te recordamos, te echamos en falta, te necesitamos, pero sobre todo, tú no te merecías esto. La vida te necesitaba.
El cielo se vistió de rosa
de azur y brisa de mar,
veinte calas tan hermosas
como su dulce mirar…
esperaban su llegada
al reino de nunca jamás
“Amanecer”. Julia Zapata, para Helena.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena, muerta por la acción de un conductor borracho.