Sola
El domingo día 18, cuando se cumplían 23 meses de haber enterrado a Helena, Diana Navarro cantó un “Sola”, más acompañado que nunca, antes numerosos espectadores, en el auditorio Tomas y Valiente de Fuenlabrada, para cerrar la semana dedicada a la copla por este municipio.
Lo extraordinario no estuvo en la interpretación de Diana Navarro que, como siempre, es insuperable, lo extraordinario estuvo en la dedicación de esta canción a Helena. Sí, mi Helena, nuestra Helena.
Fue un detalle emotivo, sorprendente, porque ella dio por hecho, que nosotros los padres de Helena estábamos allí. Y así fue.
Yo como una loca salté de mi butaca y comencé a llorar, reír y hacer gestos con las manos para que ella supiera que estaba allí.
Si esta canción tiene una connotación especial con mi estado de ánimo y el recuerdo de mi hija, en este momento sonó de una forma más especial aún. El público recibió con un gran aplauso la dedicación de la canción y al final de la misma el aplauso hacía temblar el auditorio.
Diana Navarro con una falda preciosa, en tonos salmón, rosa, naranja y brillante y un top amarillo acompañado con un fular amarillo, rompiendo con toda la tradición de mala suerte de este color en el teatro, emanaba energía positiva. Cuando extendía sus brazos, esos brazos que ella maneja, a veces como una flamenca y otros como la mejor bailarina de la danza del vientre, nos acogía y nos iba haciendo entrar en contacto con ella.
De su voz poco puedo decir porque no existen palabras y porque yo no soy crítico musical, pero sí puedo decir que sin espavientos, estridencias y con una elegancia impresionante, derrocho voz, cariño y palabras bonitas para el público que la escuchaba con un silencio impresionante, sólo roto cuando ella pedía que su publico se uniera a ella con palmas o coreando el estribillo.
Diana tiene un don especial con esa voz. Es cierto que lo hace muy bien con la copla, pero sus canciones son algo más, son una mezcla de canción española, flamenco, pop, aires árabes, etc. Una fusión de ritmos y la utilización de unos músicos que hacen que el directo suene como el disco o aún mejor. Por no hablar de la utilización de un instrumento como el violín dentro de esta música.
Es una pena que hasta ahora no tenga demasiado seguidores entre los jóvenes, porque no saben lo que se pierden.
Pero sobre todo, tiene algo muy, muy especial y es su sensibilidad y su facilidad para atarnos a ella. Tal como dice el título de su disco “No te olvides de mi”, no la olvidamos ni la olvidaremos.
Lástima que Helena no haya podido disfrutar de ella.
Diana, ¡Te queremos!
Los padres de Helena Castillo. (Si quieres oir un poquito de Sola)